Lunes y viernes

El rincón del optimista

Juan

Un modo optimista de ver los lunes.

Pasa el tiempo, pasa la vida y casi se nos escurre entre las manos. Pasan las horas, los días, los meses y los años. Esa velocidad del paso del tiempo que crece a medida que sumamos años al carné y carne a los años, me lleva a pensar un poquito cada día de la semana o cada mes que nos toca, pues aunque se repiten cíclicamente no podrás decir que son iguales ni los siete días semanales ni los doce meses del año. Hoy me centro en los días.

-LUNES. Si empiezas la semana echando pestes sobre los lunes, como hoy mismo, piensa un poco a qué obedece ese odio que sientes hacia un día que no deseas que llegue, pero que tiene mucho que ofrecer. La frase de la imagen que precede este texto es un ejemplo del optimismo, haciéndote ver que un lunes está muy relacionado con el fin de semana que está por llegar, es más, otra frase dice: sin lunes no habría viernes. Pues eso. Recuerda que los días de la semana tienen que ver con los astros celestes que nombraron los griegos y los romanos que consagraron a sus dioses. En el caso del lunes hace referencia al día dedicado a la luna. Los lunes bostezas, tienes sueño porque el fin de semana te dejó fatal (como dice la canción de Mecano) por los encuentros socio-familiares, agujetas de hacer deporte, cansancio de viajar, de estar tirado en el sofá… Estás perezoso, agarrotado. Pero piensa que tienes la primera oportunidad de sonreír, y también un momento ideal para hacer planes, sobre todo para el fin de semana que viene. Si consultas los lunes para hacer algo el viernes, sábado o domingo es probable que te lo acepten porque los demás están desprevenidos, aún no han reaccionado. Ahí llevas tú ventaja. Yo suelo cortarme el pelo los lunes, no me preguntes porqué, quizá por verme distinto ya toda la semana. Para ayudarte a sonreír, ¿sabes cómo se llama el hermano de Plácido Domingo? Puto lunes.

-MARTES. El día de Marte, el planeta de los marcianos-extraterrestres, el planeta rojo, el de la sangre. Si coincide en día 13, da mala suerte, ni te cases ni te embarques… (ya, porque tú lo digas). Por la propia terminación de la palabra puedes dedicar el día a cultivar la cultura artística: pintura, teatro, cine, poesía, restauración… o si no te va mucho el arte, pues lo dedicas a los demás, ayudando como voluntario en una ONG o asistir a algún curso-taller para ayudarte a ti mismo. Los últimos talleres del Teléfono de la Esperanza que realicé coincidieron en martes y me fueron muy, pero que muy provechosos. ¿Casualidad?

-MIÉRCOLES. El día de Mercurio, el planeta que está más cerca del sol, ahí es nada, menudo privilegio… Mercurio es el dios romano del comercio, entonces quizá sea un buen día para hacer esa compra pendiente de algo que necesitas o que ansías, pero que puede ser también en forma de regalo pensando en hacer feliz a otra persona. Yo los miércoles los afronto con una sensación transitoria hacia los viernes que, ya te avanzo, es mi preferido.

-JUEVES. El día de Júpiter y de Zeus, dios supremo y de los cielos. Mi madre le gusta decir: siempre estás en el medio como el jueves, pues es la mitad de la semana, el ecuador, el punto central de la balanza, y sin embargo yo tengo más la sensación de fin de semana que de mitad. Ya tenemos muchas cosas que celebrar los jueves. Además, si hacemos caso a Berlanga, los jueves son muy propicios para los milagros y las apariciones. Puede que algo se te aparezca.

-VIERNES. Día de Venus, diosa del amor y la belleza. Ya dije que el viernes es mi favorito, pues comienza el fin de semana y me gusta salir a tomar algo, a cenar o de fiesta, con familia, con amigos, trasnochar, mucho más que el sábado o el domingo. Día propicio para la conversación, el ocio, la risa. Como quinto día consecutivo de madrugar y pleno de actividad, se requiere una siestecilla para recuperar el espíritu de cara al encuentro social. El inicio, el arranque e incluso la víspera la disfruto más que el día central, el deseado.

-SÁBADO. Día de Saturno, dios de la agricultura, un satélite que tarda 30 años en completar su órbita, ¡¡¡¡Toma órbita, ahí es nada!!!! Un año sabático (de sábado) es un año de descanso: en agricultura, tierras que no se siembran por rotación; en lo laboral, un año que no se trabaja. El mejor día para dedicarse a uno mismo, a cultivar aficiones como el deporte, la lectura, la huerta, el cine o la familia, ésta última una afición muy recomendable y placentera, pero algo olvidada. Un día para el descanso, para levantarse tarde de la cama si las circunstancias lo permiten, para vaguear, para meditar en casa o dar un paseíllo. Sábado, sabadete… Si te sientes joven, sal de fiesta; pero si no te sientes joven, sal de fiesta también.

-DOMINGO. Día del sol, en inglés se conserva perfectamente el vocablo, Sunday, pero en castellano, por influencia cristiana, pasó a ser el día del Dominus, día del Señor, pues corresponde al 7º día en el que Dios descansó tras una creación que le resultó ciertamente complicada, con algún que otro fallo, pues no tiene tela ni nada este mundo nuestro. Hay culturas como la anglosajona que este día lo consideran el primero de la semana y no el último, pues el sol es el jefe, el más grande, el primero, el que da vida. Mucha gente la dedica al culto religioso, a cultivar sus creencias, ir a misa y de paso relacionarse con los semejantes de la comunidad cercana. Un día que puede ser muy casero o muy de calle/campo o mezcla de ambos. Comer con la familia (padres, hijos, hermanos…), visitar a enfermos, pasear por parques, tomarse aperitivos, cafés o cañas en los bares, esos lugares tan gratos para conversar… que decía Gabinete Galigari. Y mentalizarnos para comenzar otro lunes, pero sin agobios, sin rencores, recordando que al día siguiente a pasado mañana ya es víspera de viernes.

Asín sea.