La semana pasada presentábamos las nueve tipologías que señala el enegrama y que hoy recordamos para todos nuestros internautas. Todos pertenecemos básicamente a una de ellas. Queramos o no.
1º.- El Reformador. El perfeccionista.
2º.- El Ayudador. El altruista.
3º.- El buscador de status. El triunfador. El organizador.
4º.- El artista. El individualista. El romántico.
5º.- El pensador. El investigador. El observador.
6º.- El leal. El dubitativo.
7º.- El generalista. El entusiasta. El vividor.
8º.- El Jefe. El desafiador. El mandón.
9º.- El pacificador. El mediador.
Una de las sabidurías que nos desvela el eneagrama es la triada, o sea, la existencia de tres energías básicas en el ser humano: el instinto – reside en el estómago- , el sentir – se acomoda en el corazón- y el pensar – se asienta en la cabeza-. Descubrir dónde uno habita, qué energía predomina, es comenzar a darse cuenta dónde reside el propio desequilibrio, la propia compulsión y automatismo.
Para clarificar este proceso es importante esta pregunta: Cuando eras un niño, una niña, ¿desde dónde respondías: cabeza, corazón o tripas?. Esto te dará una pista para ubicarte.
El 1, el 8 y el 9, pertenecen a la parte instintiva, por exceso el 1 y el 2 y por defecto el 3. Tanto el reformador, como el mandón son intrínsecamente instintivos, temperamentales, actúan desde las tripas. El pacificador tiene la parte instintiva guardada, inhibida. Estos tres números no se saben manejar desde sus instintos (la ira, la rabia, el deseo). En su infancia a menudo se sintieron invisibles o ignorados.
El 2, el 3 y 4, los números especialmente preocupados por la imagen, pertenecen a la tríada del sentir, del corazón. El 2 y el 4 actúan desde los sentimientos; el 3 reprime y guarda los sentires, los oculta. Estos tres números son intrínsecamente sentimentales, por exceso o por defecto. Por tanto, los tres están heridos en los asuntos del corazón. En su infancia las más profundas necesidades emocionales del niño fueron rechazadas.
El 5, el 6 y el 7, pertenecen a la tríada del pensar, viven y se sitúan en la cabeza. El 7 tiene la cabeza llena de planes, el 6 de dudas y el 5 de informaciones y conocimientos. Estos tres números se ahogan en los dilemas de qué hacer. Es frecuente que estos números en su infancia hayan crecido sintiéndose desprotegidos, abrumados, o apoyados de manera inadecuada.
¿Dónde vives tú habitualmente amigo bloguero: en las tripas, en el corazón o en la cabeza?. ¿Dónde anida tu propia compulsión?.
Analízate sin juzgarte, sin castigarte.
Vivo todavía, pero menos, desde el corazón,y así me ha ido, que hasta he perdido personas que consideraba amigos y era porque me "necesitaban", no me "querian".
ResponderEliminarMe considero del 2 y 4.
Me parece interensantísimo la exposición del Eneagrama. Muchas gracias
Me gusta esta reflexión que hace hoy el blog: o vivimos en la cabeza, en el corazón o en el estómago. Yo soy de las que viven en el corazón y me doy cuenta de que viviendo en el corazón "tengo un problema con el corazón". Se me va, se me desboca, como una yegua salvaje sin traba ni control, una locura de sentimientos, me enamoro con mucha facilidad, pero por otro lado "nadie está a la altura de mis corazonadas, nadie alcanza mis amores". Lo reconozco, siendo tan emocional, tengo un problema ahí, y necesito, en mi caso, que mi cabeza me equilibre, me mesure. A otros les pasará lo contrario. Me gusta esto del eneagrama y que lo que una tiene en exceso, otro no lo tiene y le falta. Yo deseo que mi cabeza corra las riendas de mi neurosis. Andrea
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