Me llama la atención observar cómo los Alcaldes de ciudades y pueblos salen a recibir con todos los honores a los Reyes de Oriente, cómo se corta el tráfico de las calles para dar paso a las carrozas reales, cómo disculpamos empujones y pisotones que en otros momentos no toleraríamos en aras a una mejor visión, cómo los medios de comunicación cubren la noticia del gran acontecimiento.
Y los Reyes Magos, atemporales, con sus ropajes invariables a través de los siglos, se dejan agasajar, besar y fotografiar y repiten cada año lo mismo: que si hemos sido buenos tendremos nuestra recompensa, y si no, un trocito de carbón. Pero a nosotros nos da igual. Colocamos nuestro zapato y esperamos la sorpresa.
¿Será que estamos tan necesitados de ilusión que nos aferramos a cualquier cosa? ¿Será que echamos el resto en el colofón de las fiestas para encarar el duro invierno que nos queda por delante? ¿Será que nos cuesta abandonar el niño que tenemos dentro y le dejamos salir el 5 de enero? ¿Será que soñamos con un mundo un poco más ingenuo y menos sabelotodo?
La escribana del Reino
M.E.Valbuena
Y yo seguría preguntando a la reflexión de la Escribana, ¿será que el hombre necesita la ilusión? ¿será que gracias a esa ilusión el hombre es capaz de salir de la realidad y mirar al cielo? Habrá muchas razones, pero para mi, mantener la ilusión es seguir siendo niño, es decir ingenuo, auténtico, sin doblez...y de este neceitamos mucho en nuestro mundo. Alberto
ResponderEliminarTodo el mundo tenemos nuestro niño dentro y los que no se han considerado queridos en su infancia más todavía, entonces cualquier pretesto es bueno; bien por los Reyes Magos, fiestas familiares, en reuniones especiales de amigos etc.etc.etc.
ResponderEliminarRealmente no sé el motivo por el que se sigue con la tradición de los Reyes Magos, pero sí sé que las personas necesitamos ilusión y creer en las sorpresas, en lo inesperado.
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