Enrique Martínez Lozano es uno de los exponentes de la nueva psicología transpersonal, en la que viene trabajando la psicología humanista: la necesidad de recuperar la dimensión espiritual del ser humano, dimensión que más allá de las creencias o increencias de cada uno.
Tuvimos la suerte de escucharle el día 7 de este mes de junio en una conferencia organizada por el Teléfono de la Esperanza de León.
Nos habló con ilusión y con pasión del puzle que es el ser humano, que tiene un 10% de parte consciente y un 90% de inconsciente, utilizando la metáfora del icerbeg que deja ver en la superficie una parte mínimo de lo que en realidad es.
Nos contó las partes del ser humano:
1º.- Una parte mental. Es la capacidad de pensar, de razonar, de asociar, pero un mal sitio para vivir. La mente debe ser un siervo maravilloso, pero un amo fatal. La liberación consciente pasa por liberarnos de nuestra”mente” colocándola en su sitio.
2º.- Una parte emocional, sensible. Se localiza entre el cuelo y el abdomen. Es la capacidad de vibrar. Está sujeta a altibajos. Sería la etapa infantil y adolescente del ser humano. Esta parte del ser humano necesita ser tratada y considerada: “todos tenemos que limpiar nuestras heridas”.
3º.- Una parte profunda. Se localiza en el bajo vientre. Es el junto hara. El centro vital. Es la fuente de la vida. El lugar de nuestra identidad, de la presenci asignificativa de los otros, el lugar de la apertura, de la transcendencia.
4º.- Una parte corporal. Nos sentimos-vivimos y pensamos dentro de un cuerpo-, que precisa atención, cuidados.
Asistí a la charla-coloquio que duro casi tres horas y hubiera estado más. Hombre muy cercano con una maravillosa exposición que la resumo en: clara, concreta y concisa.
ResponderEliminarPepi da una vez más su agradecimiento a los organizadores del Teléfono de la Esperanza, que además confia que nos den más oportunidades de escuchar a Enrique Martinez Lozano.
El hombre es un ser complejo. Lo trata de desmenuzar Enrique Martínez en esas cuatro partes. El equilibrio es dar a cada una lo suyo. No solo somos mente, tenemos corazón, tenemos corazón, identidad y no podemos prescindir del cuerpo. Aunar esas partes, darles a cada uno lo que es suya es tarea para toda la vida. Gracias Enrique por tus aportaciones y sabiduría. ERASMO
ResponderEliminarUnas posibilidades infinitivas se le abren al ser humano con la dimensión trasnspersonal, que bien pudiera unirnos a ateos, creyentes y agnósticos en una misma corriente. ¿Acáso no formamos todos parte del mismo mar y somos agua del mismo oceano?. Llegó la hora de encontrarnos más allá de nuestros estrechos mundos y nuestras pequeñas y reducidas creencias.
ResponderEliminarBravo!,este descubrimiento es camino para comenzar a andar desde otra perspectiva, AQUI Y AHORA.
EliminarOjalá podamos poner en práctica lo vivido allí.Si los que estuvimos hacemos un poco de meditación todos los días, cambiaremos de actitud en nuestras relaciones y nos veremos más amorosamente.
Un encuentro totalmente positivo.Enrique es un encanto de hombre y con mucha sabiduría.
ResponderEliminarLas rocas que nos ofreció y las que vamos descubriendo, son importantes para caminar por la vida con confianza.
Pocas cosas vienen dadas,la meditación hay que trabajarsela,nadie nace enseñado.
¿Ya habeis domesticado al "gato o perro" mental que se escapa?