El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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domingo, 3 de marzo de 2013

EL PERRO DEL HORTELANO


Se dice que un perro es un buen guardián de la huerta, pues él no come productos de la misma, y simplemente se limitará a impedir que otros lo hagan. Este, parecer ser, es el origen del conocido y extendido dicho popular. No deja de ser un elogio de las cualidades perrunas.

Sin embargo, en nuestros ambientes, decir de alguien que es como el perro del hortelano, no es precisamente un elogio, sino más bien una etiqueta despectiva.

Y es que, ciertamente, hay mucho perro de hortelano suelto por ahí –demasiados, a mi modo de ver- que no come ni deja comer a los demás. Y no es que lo haga en función al deber de vigilancia del que deviene la expresión. No. Lo hace, creo yo, llevado por ese insano sentimiento de envidia que no disfruta con el éxito de los demás, que quiere que nadie tenga lo que no tiene él, que impide que los otros disfruten lo que él no quiere disfrutar.

Que un perro guarde la huerta de su dueño hortelano es estupendo. Es su trabajo y al dueño, al fin y al cabo, le debe obediencia. Pero que personas que presumen de ser libres y sin deber de obediencia de ningún tipo, se arroguen competencias que nadie les ha encomendado y se erijan en jueces de la vida de los demás, es algo que no entiendo y que, desde luego, no es comparable al buen hacer del perro.

Vamos a ver. ¿No tenemos todos la capacidad de elegir? Pues si elijo A –con sus consecuencias- ¿por qué voy a impedir que otro elija B –también con sus consecuencias-? Si yo no quiero B ¿por qué me molesta que otro sí lo quiera? ¿A qué amo debo realmente obediencia?

Mientras vivamos tan pendientes de los que hagan o dejen de hacer los demás, mal vamos a ejercer nuestra libertad y mal vamos a vivir felices.

En fin, me cuesta entender esta filosofía.

Me cuesta y me indigna.


La escribana del Reino
M.E.VAlbuena



Tenemos 2 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Las personas que viven pendientes de los demás, para Pepi son personas envidiosas, dañinas para los demás, y por supuesto no son felices ni gozan de libertad, y poco a poco se van "enjaulando" y anulando su vida.

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  2. Me identifico con esta frase: "Mientras vivamos tan pendientes de los que hagan o dejen de hacer los demás, mal vamos a ejercer nuestra libertad y mal vamos a vivir felices".

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