El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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miércoles, 6 de marzo de 2013

ENTREVISTA CON JUAN DANIEL RODRÍGUEZ (y III)

Tercer y último día de entrevista con Juan Daniel Rodríguez:


“Mi madre era una columna importante que sustentaba mi vida y al morir se me derrumbaron los cimientos”.

“En el Teléfono de la Esperanza me he encontrado fenomenal”

16º.- “Cuando camine hacia la muerte espero no tener conciencia de ello…”, nos confiesas. La muerte de tu madre marca un antes y un después en tu vida. Ahora estás haciendo un taller de elaboración del duelo. ¿Qué te pasa con la muerte? ¿Cómo viviste la de tu madre?

En una época de juventud la muerte era un temor como supongo que el de mucha gente. Yo me recuerdo imaginando cómo sería mi muerte, unas veces por enfermedad, otras por accidente, lenta, trágica… he imaginado hasta mi funeral. Esa es una prueba inequívoca que la quiero alejada. Pero tengo dicho que cuando muera donen mi cuerpo a la ciencia después de donar los órganos si son aún aprovechables. No tengo miedo al sufrimiento, sino más a lo que pueden sufrir las personas cercanas a mí, más desde que entraron en escena mis hijos. Desde que detectaron el cáncer a mi madre hasta que murió pasaron siete años de médicos, unos mejores que otros, lo que hubiera servido para ir preparándome para ese momento. Pero cuando llegó el día no me resignaba a creerlo. Me hice el fuerte y creo que lo pagué. Mi madre era una columna importante que sustentaba mi vida y al morir se me derrumbaron los cimientos. Con el tiempo y con los consejos sabios de personas como los de mi hermano Raúl he ido aprendiendo que mi madre sigue viva en mí, que su manantial de energía sigue entre nosotros. Yo la veo como el ángel de la guarda que cuida no sólo de mí, sino de mi padre, mis hijos, mis hermanos, mis sobrinos… Tiene capacidad para atendernos a todos. Yo a mi madre la veo en la luna, tanto cuando la veo brillar en la noche como cuando está nublado o no la veo, porque sé que sigue ahí alumbrando, acogiéndome en sus brazos. Eso me reconforta. En el taller del Teléfono de la Esperanza me reafirmo en esa idea.

17º.- “He recibido de la vida el regalo más bello, mi familia, lo demás no tiene importancia”, nos has revelado. En un sueño dices que “la familia Rodríguez es un circo” ¿Qué tiene tu familia para dejarte ese eco tan grande?

Los humanos nacemos en la camada como el resto de animales para recibir protección. Eso está claro. Pero se supone que cuando puedes volar y correr libre debes dejar atrás esa camada para formar la tuya propia. Yo ya he creado mi nido, pero me resisto a abandonar a esa familia, todo lo contrario, alimento los encuentros pues la considero muy enriquecedora. Son hogares llenos de calor que me interesan mucho. Ya he contado cosas de mi mujer, hijos, padres y hermanos, pero es que tengo unos cuñados y sobrinos que parecen que comparten ADN conmigo porque estamos muy unidos. Merecen mucho la pena. La verdad es que son un regalo. Imagino que si soñé que mi familia formaba un circo sería porque cada uno tiene su número, su función, con la misma finalidad de hacer algo más feliz la vida a los demás.

18º.- “Cuánta gente reza sin saber porqué”, murmuras en un poema. “De pequeño me obligaban a ir a misa y al rosario”, has escrito. Y en otro momento dejas caer como un plomo: “Malditos ritos cristianos...”. ¿Qué imagen de Dios te transmitieron y qué cultura religiosa? ¿Sigues rezando? ¿A quién?

Cuando te obligan a hacer una cosa, como que no. A mí a Dios me lo metieron con calzador y llegué a asquearme, más que de Dios de todo lo que la rodea a la iglesia como institución. Mi madre era una exagerada del Cristianismo. Muy buena persona, pero demasiado influida por la jerarquía eclesiástica y sus dogmas. Cuando pude escaquearme me volví anticreyente. Cuando era pequeño le pedí a Dios algo importante para mí y me lo concedió. Eso me dejó dudas sobre su existencia. Siempre tuve esa duda sobre la divinidad y así como nunca he sentido la presencia del Dios de los cristianos sí por ejemplo creo ahora en mi madre como ser superior con poderes especiales. Me parece bien que cada persona crea en un Dios o en lo que quiera, que para eso es libre, pero yo a mis hijos, de momento, les he apartado de ese fundamentalismo cristiano. Les bauticé para hacer felices a los abuelos y por juntar a la familia y hacer fiesta, pero nada de primera comunión y tinglados parecidos. Cuando sean mayores ya elegirán la vida espiritual que quieran. El Cristianismo no ha evolucionado, está estancado, por eso creo que ha perdido tantos socios por el camino como yo.

19º.- “Reflexionar para mis adentros ha sido una costumbre que no ha decrecido con el paso de mis años”. ¿Qué descubres en esos adentros?

Hay mucha gente que no soporta eso de reflexionar, meditar, de mirar para adentro. No quiere descubrir las verdades de su yo más íntimo, es decir, que prefiere seguir viviendo el día a día tapando con la máscara lo que hay en el interior. Yo desde pequeño me recuerdo dándole a la cabeza, imaginando futuros. Tengo la imagen de caminar yo sólo por una zona de mi pueblo muy llana que se llama La Pornada donde hay una pequeña encina solitaria y ponerme debajo de un almendro de La Jana. Sentarme en el medio de la llanura y pensar sobre el rumbo de mi vida. Cuando voy de caza, aunque vaya con gente, tengo tiempo para pensar en la vida. Si hago deporte también miro hacia dentro. Ahora me sorprendo podando, por ejemplo, las viñas o los frutales, y disfruto pensando en mis cosas, pero sin angustia. Además de ideas propias me gusta pedir prestadas las de otras si de verdad me interesan. De todos modos, la vida va tan acelerada que no invita a pensar. Es más, a nadie se le escapa que hay personas interesadas en que pensemos lo menos posible para podernos manipular mejor.

20º.- De pequeño cuando te preguntaban que querías ser lo tenías claro: payaso. ¿Para qué?

Eso lo he escrito en uno de mis libros. Quería ser payaso y en el fondo algo lo he logrado ser. El payaso es esa persona que hace reír a los demás, que les hace felices por un momento. Esa era mi meta en la vida. Y yo, en una cena o en una sobremesa, soy el que empiezo a contar chistes. También soy de los que me gusta hacer el brindis porque siempre hay motivos por los que brindar: porque estamos vivos; porque se repita este encuentro; porque nuestras mujeres nunca se queden viudas; por ellas, por las más bellas, por las del cuello largo, por las botellas…

21º.- Durante doce años trabajaste de periodista en La Crónica de León. ¿Qué acontecimiento y qué personaje tuviste que narrar que te dejara huella?

Fueron doce años donde aprendí mucho. Siempre que entrevisto a alguien encuentro algo interesante, alguna frase que me sirve para mí y que suelo destacar en titulares. Eso va para el almacén del subconsciente y aunque no lo recuerdes de momento, algún día puedes echar mano de ello. Hubo mucho tiempo que hice periodismo humano y ahí coincidí con un maestro en esto que es Fulgencio Fernández, el tío Ful, que sigue muy activo. Algún día cubrí sucesos duros como el accidente de helicóptero en Robledo de la Valdoncina donde viví en directo cómo ardían los cuerpos de tres guardias civiles. Muy dura esa imagen, ese momento, que no olvidaré jamás. Fue también una suerte poder bajar al Pozo Calderón en Laciana cuando la primera Marcha Negra en el 92 y compartir charla con los 8 encerrados de la MSP del Comité de Empresa entre los que estaba Guillermo Murias. Tuve que hablar muchas veces con Zapatero cuando era político aquí en León, por eso cuando dio el salto a la política nacional y llegó a presidente del Gobierno le seguí muy de cerca. Me parece que ha sido un gran estadista, una persona que intentó mejorar la vida de la gente de este país y que no le dejaron hacer todo lo que le hubiera gustado. Me parece injusta esa mala imagen que muchos le intentan echar encima. Un tío con estrella que yo digo. Y también informé de los viajes de otro leonés que consigue todo lo que se propone, Jesús Calleja, del que me jacto de ser su amigo ahora que está en el estrellato.

22º.- De periodista a orientador laboral en el ECYL durante una porrada de años. Sin embargo a pesar del paro galopante, te han despedido junto a otros muchos orientadores de Castilla y León. ¿Por qué razones sobran orientadores para la Junta de Castilla y León? ¿Qué opinión te merecen los políticos con los que has tratado?

Al año siguiente de dejar La Crónica, en 2003, quería apartarme de la profesión y me presenté a unas pruebas para técnico de oficina de empleo. Quedé entre los 100 primeros de 2.500 que nos presentamos. Fuimos los encargados de echar a andar el Ecyl y de su modernización. Me contrataron por un año pero después de 9 años haciendo el trabajo sucio deciden despedirnos no porque sobremos orientadores, sino porque como éramos temporales lo justifican para reducir presupuestos de la Junta de Castilla y León. Esos políticos que tomaron aquella decisión son tan incompetentes e ineptos, como otros muchos que aparecen cada día en la escena de los informativos, que tras demandar ante los tribunales ese despido los jueces están diciendo que éramos indefinidos, que ese contrato estaba en fraude de ley y están declarando nulos los despidos y nos están teniendo que readmitir. Yo estoy a la espera de la sentencia, pero es casi seguro que me reincorporaré al trabajo y me tendrán que pagar salarios de tramitación, con lo que lejos de ahorrarse nada les saldremos más caros a la Administración. En un país serio los mismos jueces tendrían que condenar a esos políticos a correr con los gastos con su patrimonio personal por ser los responsables del claro atropello legal/laboral. Pero aquí no pasa nada. Seis millones de parados y no pasa nada, millones de euros en bancos de Suiza y no pasa nada. España va bien. ¿Cómo se va a fiar la gente en los políticos que dicen representarnos? Aquí haría falta una verdadera catarsis a modo de revolución y no la descarto.

23º.- ¿Cómo te sientes estando parado? ¿Qué expectativas manejas?

Muchos de mis compañeros han pasado meses de depresiones al no encontrar explicación al despido, por la importante labor que estábamos desarrollando y porque además lo estábamos haciendo bien, éramos útiles a la sociedad y hacíamos de orientadores, pero también de psicólogos y asistentes sociales escuchando y atendiendo problemas de todo tipo de la gente que entra en una oficina de empleo. Yo me lo tomé bien y antes de saber que iba a ser readmitido casi con total seguridad empecé a barajar algunos trabajos de futuro con los que ganarme la vida. Sólo llegué a la conclusión de que no iba a ir dejando currículum por las empresas buscando un contrato basura con salario de vergüenza, sino que quería hacerme autónomo y trabajar en el pueblo. Estaba entre algo relacionado con la alimentación natural, el turismo o una mezcla de ambos sectores. Como diría Paco Martínez Soria, la ciudad no es para mí.

24º.- “Creo que soy una persona cariñosa”, has manifestado. ¿Cómo te has encontrado en el Teléfono de la esperanza? ¿Quién y qué te llevó ahí?


Bueno, cariñoso dije en su día y hoy lo cambiaría por simpático. Me gusta mucho el humor y las bromas, los juegos de palabras. Fonéticamente se parecen mucho amor y humor. La verdad es que me interesan las personas en general y no me cuesta nada tomar afecto a alguien si creo que es ‘positivo’ que emana sensaciones buenas. Me hago querer enseguida. Sólo cuando he estado mal he evitado encontrarme con las personas para no tener que hablar y dar explicaciones. En el Teléfono de la Esperanza me he encontrado fenomenal, me está viniendo muy bien y se lo recomiendo a quien tengo oportunidad si veo que necesita ayuda. Fue mi hermana Elena la que me animó a que hiciese el primer taller, ya estoy por el segundo y es seguro que no será el último.

25º.- Participaste activamente en un grupo de desarrollo personal de “autoestima” en el Teléfono de la esperanza. ¿Qué descubriste en el grupo y cómo te encontraste?

En el grupo hay dos elementos básicos: los integrantes del grupo y el coordinador. En cuanto al coordinador, me tocó en suerte un tal Valentín Turrado, me parece una persona muy preparada para sacar de cada alumno lo mejor de sí mismo, pues sabe perfectamente cómo iniciar a cada uno a ahondar en su problema, a expresarse, a comunicar, a aliviar la carga. Y del grupo me ocurrió que las 10-12 personas que éramos conectamos muy bien a pesar de lo distintos que éramos cada uno. Y tiene sentido porque eso de desvelar a auténticos desconocidos confesiones que no contamos ni a los de casa une mucho. Insisto en que de cada persona aprendes algo y en este caso me reafirmo, de cada integrante del grupo de Autoestima he recogido consejos. La consecuencia es que me encuentro anímicamente mucho más fuerte desde que realicé el taller.

26º.- Actualmente estás haciendo el taller de “elaboración del duelo”. ¿Qué estás desvelando? ¿Cómo te sientes?

Veo en los demás que integran el taller esas sensaciones de despiste, de desesperanza que deja la muerte de un ser querido y lloro con mis compañeros para abrir más mi corazón y limpiar impurezas. Por cierto, el resto son mujeres, prueba de que los hombres seguimos sintiendo un gran pudor a expresar sentimientos en público. Si supiera la gente lo que sana este tipo de terapias… Tenemos una coordinadora, Julia, que lee perfectamente nuestras sensaciones y nos arranca confesiones que necesitamos sacar fuera. Es increíble cómo aparecen fantasmas que llevas dentro y tú aunque podías sospechar que estaban ahí te niegas a abandonarlos. Me estoy liberando de mucha carga y de culpa. Me estoy dando cuenta que mi madre, Felisa, me ha traído hasta el Teléfono a través de mi hermana Elena. Es más lista de lo que yo incluso creía. Sobre el Teléfono tengo que decir que igual que están los Médicos sin Fronteras o los religiosos misioneros ayudando a gente humilde en países pobres, los voluntarios del T.E. hacen la misma labor para los pobres de espíritu que andamos algo perdidos por estas ciudades de países desarrollados. Mi reconocimiento y gratitud hacia todos ellos, en especial a Mercedes, la directora de León.

27.- Para finalizar algunas preguntas rápidas:

• Un libro de cabecera.

No soy de los que lea del tirón. Ahora tengo dos empezados: Asesinaron la Democracia sobre la figura del alcalde Miguel Castaño de mi amigo el periodista Carlos J. Domínguez; y Fantasmas de piedra, de Mauro Corona, sobre un pueblo que quedó bajo las aguas de un pantano.

• Una canción para poner en el coche.

Un velero llamado libertad, de José Luis Perales.

• Un deseo.

Que la muerte no me llegue sin haber hecho todo lo pendiente que tengo por hacer y que tampoco se lleve a los míos antes de tiempo. Y puedo apuntar otro, que llegue a jubilarme para poder cultivar y atender mejor la huerta del pueblo.

• Una frase para no olvidar

“Sed breves con las malas noticias”. No sé de quién es pero recuerdo que la tenía mi hermana puesta en la puerta de su habitación. Me gustó siempre.

• Me gustaría que mis hijos dijeran de mi que

Nunca nos dejó de querer ni de estar pendiente de nosotros… e incluso después de morir.

• Mi epitafio quiero que sea.

Vino a este mundo sin nada y se fue con el doble, sin nada de nada.

V.T.M.

Tenemos 6 comentarios , introduce el tuyo:

  1. "Vine a este mundo sin nada y me voy sin nada de nada". Me apunto a esta filosofía

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  2. No quiero dejar pasar la oportunidad para agradecer los comentarios a la entrevista y de paso contar una sensación actual: no sabéis la descarga que me supone 'desnudarme' así públicamente, sin ningún sentimiento de pudor. Ojalá todo el mundo tuviera la oportunidad de hablar del rumbo de su vida, de sus sentimientos, de sus opiniones más íntimas. Repito, gracias al Teléfono y sobre todo a Valentín, un paisano de los más auténticos que me he echado a la cara últimamente.

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  3. Gracias a tí por haber compartido con nosotros tu vida, desde: tus pensamientos, sentimientos y acciones.
    Pepi también aprovecha para felicitar a Valentin, por la entrevista tan completa que ha formulado a Juan Daniel.

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  4. Te deseo toda la suerte del mundo, en tu trabajo, con tu familia y todo lo que busques de bueno en la vida seguro que podrás lograrlo. Gracias.

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  5. GRACIAS Juan Daniel por tu sinceridad y profundidad. La entrevista me ha encantado, he aprendido mucho, me ha servido y por lo tanto te repito que muchas GRACIAS.
    La labor que se hace en el TELÉFONO ES MARAVILLOSA, a veces da pena que personas que podrían sentirse mejor con ellos mismos no acuden. Seguro que lo harán en otro momento y la ESPERANZA no se pierde. ¡VIVA LA OBRA QUE HACEN LOS VOLUNTARIOS/AS!!

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  6. "Cuando somos grandes en humildad, estamos más cenca de lo GRANDE" es una frase de Rabindranath Tagore de la cual comparto. Gracias por esta entrevista, la siento muy entrañable y muy cercana, y gracias también a Valentín, porque tiene esa facilidad para hacer sacar de tu interior lo mejor de uno mismo.
    Eres muy grande Juan, y me alegro mucho que en el T.E. te encuentres muy agusto, se nota, en lo que expresas.
    Un abrazo enorme,
    Elena

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