El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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lunes, 25 de marzo de 2013

EL RINCON DEL PSIQUIATRA





¿QUÉ ERES TÚ?

Un nieto se quejaba a su abuelita acerca de su vida y lo difícil que le resultaban las cosas. Su abuela, una experta cocinera, le llevó a la cocina. Allí le pidió que llenara tres ollas con agua y las colocara sobre fuego. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. Y le dijo: "En una coloca zanahorias, en otra coloca huevos y en la última coloca granos de café". Las dejó hervir sin decir palabra.

El nieto esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su abuela. A los veinte minutos la abuela apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.

Mirando a su nieto le dijo: "Querido, ¿qué ves?" - "Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. Le hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Él lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.

Humildemente el nieto preguntó: "¿Qué significa esto, abuela?". Ella le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: aguan hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente.

La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, se habían convertido en una agradable aroma y en un sabor agradable al paladar. Para estos últimos el fuego había servido para sacar de ellos mismo lo mejor que tenían en su interior.

Moraleja

¿Qué eres tú, querido lector? ¿Como una zanahoria dura que ante la adversidad se vuelve blanda y se convierte en una queja continua? ¿O mas bien eres como el huevo, que en principio eres sensible, pero tras una muerte de un familiar o el diagnostico de una enfermedad grave se convierte en una persona irascible, dura y que no expresa sus sentimientos? Querido lector, ojalá que ante la adversidad, como el café ante el fuego, saques de ti lo mejor que tienes y a pesar del sufrimiento seas capaz de transmitir un aroma de paz, serenidad y felicidad.

Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra

Tenemos 3 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Pepi siempre expresa sus sentimientos. Ante unas adversidades se revela contra sí misma, y llora por la angustia, y tristeza, que tiene en su interior, por que no admite la situación, porque considera que no la tenia que pasar lo que la está pasando, y en otras adversidades transmite paz, serenidad y felicidad.

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  2. Preciosa lección. La duro aparente se vuelva lando, lo blando duro y es el perfume lo que da más valor. Pide que esas circunstancias externas y mi propia fortaleza permanezca dando color y calor cuando pase por agua hirviendo, cuando las cosas se ponen cuesta arriba. Catilina

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  3. Hermoso e interesante relato.
    A mi me pasa que ante la adversidad, me pongo un poco como la zanahoria, pero no me quejo, seguido como el huevo,retengo mis sentimientos, pero rapidamente, como soy positivo (al menos me veo así), paso a ser como los granos del café.Saco de mi lo mejor que tengo. Es el remedio más apropiado. ....j

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