El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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martes, 2 de abril de 2013

GRUPO DE DESARROLLO PERSONAL INTELIGEMCIA EMOCIONAL




LA BOMBILLA

El Grupo ha resultado, cuando menos, muy muy emocionante; claro que el título ya advertía algo así: “las emociones” -¡casi nada!-, básicamente lo que preside nuestra vida y, por ende, nuestra alma; lo que nos lleva, de vez en cuando, a un abismo en el que sufrimos tanto que ni siquiera oímos el eco de las voces que nos rodean.

Lo curioso es que tener emociones no es malo, ni bueno, es tan solo necesario. Por eso, sí es malo no concedernos el permiso de la queja y encadenarnos a emociones de profunda tristeza; es decir, no es malo llorar, sino hacerlo mientras sentimos que las lágrimas son inútiles; y lo son siempre que no vienen acompañadas, en un acto de humildad, de un reconocimiento y aceptación de nuestras debilidades, primer paso para crecer. De la misma manera, es bueno nombrar todos nuestros sentimientos –incluso los más inadecuados como la rabia o la ira-, que se liberen para que no nos hagan más daño del estrictamente necesario, por inevitable.

Sin embargo, el tiempo ha sido corto, tan sólo 10 sesiones, frente a las 12, que no hubieran sido tampoco suficientes, de la mayoría de los cursos. Porque el interés de los temas hubiera requerido sesiones de más duración, para mayor profundidad y más cantidad de ejemplos que argumentaran tanta teoría.

Por otro lado, me ha parecido un grupo también humanamente enriquecedor. Me encontré desde el minuto cero con un grupo de personas a las que no conocía, pero que me hicieron sentir en una reunión de familia (y no precisamente de Navidad), porque todos hemos compartido el contenido de nuestras arcas, nada desdeñable, a través de un diálogo abierto, respetuoso, sincero y espontáneo al que, sin duda, ha contribuido la necesaria relajación con que se daba comienzo a cada sesión.

Todo esto lo ha hecho posible la gran labor de nuestra coordinadora, Marga: su disponibilidad permanente, su manera personalizada de dirigirse a cada uno de nosotros, su sabia integración del lenguaje verbal y no verbal en la tarea de escuchar, su sutil sentido del humor, su generosidad y su empatía; en definitiva, su gran inteligencia que hacen de ella una persona equilibrada y acogedora. Por supuesto, son muy de agradecer los muchos conocimientos que nos ha transmitido y la forma amena en que los ha trasladado, siempre recurriendo a artículos de opinión interesantes, powers esclarecedores y juegos creativos y unificadores.

Y para cerrar mi escrito un aviso para navegantes muy relacionado, sin lugar a dudas, con este grupo. Con frecuencia, le damos al interruptor, pero no se enciende la bombilla y … ¿Por qué no se enciende la bombilla? Porque no tenemos bombilla y porque no nos atrevemos a comprarla, a pesar de que hay quien las regala, ¿a que sí?

Lourdes

Tenemos 8 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Resulta hermoso leer testimonios como el que hoy nos presentáis. La Inteligencia emocional se ofrece como ese alimento necesario para vivir felizmente. ¿A quién no le va a interesar? Seguramnete, solo a los apáticos e insensibles. Gracias por la buen alabor del TE. Constantino

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  2. Aunque no he participado en la última convocatoria de este taller, sí lo hice el año pasado antes del verano, también bajo la tutela de Marga, y estoy de acuerdo en todos los elogios que le haces.

    Igualmente pienso que los temas deberian exprimirse hasta la última gota, en todos los talleres, aunque eso obligue a alargarlos añadiendo una o dos sesiones más, según sea necesario.

    Me alegro de que te hayas sentido tan integrada en el grupo. Eso no sucede siempre y algo que ayuda mucho a la hora de abrirse a los demás.

    Respecto al comentario de Constantino, pienso que es un error poner etiquetas, más aún si son negativas, a las personas. Los "apáticos e insensibles" lo son por algún motivo. Tal vez suceda lo contrario, que son tan sensibles que para evitar el sufrimiento se han visto obligados a blindarse, mostrándose inflexibles. En cualquier caso, ponerles la etiqueta y apartarlos sin intentar comprenderles e incluso ayudarles no es nada caritativo.

    Salu2.

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  3. Excelente reflexión compañera. Yo también estoy de acuerdo contigo en lo de la duración del curso, pues muchos temas daban para más de una sesión.
    Mª José

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  4. Me ha gustado mucho tú exposición. Me alegra todo lo bueno que has recibido del curso. Ahora, como yo así lo vivo, te empieza a tí, y a todos los participantes una tarea más dura: la profundización del mismo.
    Pepi te envia un afectuoso abrazo.

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    1. Pepi quiere rectificar. Que "así lo vivo que empieza el curso cuando termina, porque así me lo indicaron y llevan razón".

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  5. Me alegra mucho pero mucho de ver caras conocidas en la foto y de que los cursos del T.E. os sigan enganchando, un abrazo para dodas/dos,
    Elena

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  6. Estoy completamente de acuerdo contigo Lourdes, sobre todo por la necesidad como tú misma indicas, que todos nosotros tenemos desde mi punto de vista casi a diario, de sentir las emociones y al mismo tiempo liberarlas pero cuando corresponde, y no tiempo después, ya que mientras tanto tan solo te hacen sufrir.
    Por otro lado, deduzco que has disfrutado muchísimo de este curso, no solo por el contenido de la teoría que habeís recibido sino también por lo cómoda y relajada que te has sentido dentro del mismo, lo cuál me alegra y al mismo tiempo despierta en mí cierto interes por hacerlo.
    Lo de la bombilla me resulta curioso, pero es cierto, si lo he entendido bien, que a veces nosotros mismos nos dejamos a oscuras y nos impedimos ver con claridad la cantidad de posibilidades que nos ofrece la vida a cada instante.
    Un abrazo Lourdes.

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  7. Tanto como necesarias, yo diría que las emociones son a menudo inevitables. Parece un taller muy interesante. Espero disponer de tiempo para hacerlo después del verano. No estoy segura de haber entendido la alegoría de la bombilla, supongo que sirve para iluminar el a veces sombrío camino de las emociones.

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