El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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miércoles, 15 de enero de 2014

EL RINCÓN DEL OPTIMISTA

Nos enganchamos a casi todo, como la misma hiedra


Adictos

Qué fácil es engancharnos a las cosas, a los vicios mundanos. Cada vez hay más adictos al alcohol, a la coca-cola, a las drogas, al móvil, a los juegos, a las tragaperras, al azúcar, a las redes sociales/Internet, al café, a la televisión, a las noticias… una lista interminable de todo lo que se te ocurra que sirva para evadirte, para esconderte y huir de los problemas, para olvidarlos en vez de afrontarlos. Con esto no descubro nada nuevo, ¿verdad? Pero últimamente me he dado cuenta la tendencia que tenemos algunos a engancharnos también a lo bueno, a lo que nos produce placer y felicidad, incluido a las personas positivas que nos transmiten valores deseables. ¿Nunca te has descubierto el deseo que tienes de estar el mayor tiempo posible con aquella persona que te produce bienestar su cercanía o su conversación aunque sea por teléfono? Pues yo he descubierto que soy adicto al Teléfono de la Esperanza porque hago un taller y espero el día de la sesión semanal como agua de mayo; acaba ese taller y espero que se planifiquen los del trimestre siguiente para hacer uno nuevo que me enriquezca el espíritu aún más; abro el blog cada mañana para ver si la reflexión de ese día y sus comentarios me nutren tanto como el comer. ¿Eso es malo? Ni bueno ni malo, sólo que estaría bien darnos cuenta de que esos apegos quizá se vuelvan ‘enfermizos’ y sería conveniente ir soltándolos, relajar el imán que tira de nosotros. Todo, con las dosis adecuadas, es beneficioso para cuerpo y mente. Y si alguien quiere saber cuál es la dosis adecuada, pues mi respuesta es esta: la dosis adecuada es la que el sentido común te dicta, si bien el sentido la mayoría de las veces más que común es muy particular porque, como el dicho de moda, nos solemos pasar tres pueblos. Y aprovecho aquí para decir que yo no suelo pasarme muchos pueblos, yo suelo parar en esos pueblos, porque siempre hay un paisano o paisanaje que merecen la pena disfrutar… pero sin engancharse mucho, se entiende.
Asín sea.

Juan.

Tenemos 8 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Tiene razón el optimista: "una lista interminable de todo lo que se te ocurra que sirva para evadirte, para esconderte y huir de los problemas, para olvidarlos en vez de afrontarlos". Afrontar nuestra propia realidad es lo mejor.
    Optimista: engancharnos a lo bueno es de personas inteligentes , entendiendo por "bueno" lo que nos hace más personas, más maduras, más plenas.. ¿Qué ves de negativo ahí?

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    1. El optimista: Veo como negativo lo de engancharnos a lo 'bueno' (como a lo malo) esa dependencia que tienen las adicciones, las que si no las tienes un día a mano parece que no puedes vivir. Esa ausencia de libertad. Dependo de que alguien me ame, que alguien me escuche para vivir. Lo confieso. Esa es mi mayor dependencia, del resto creo que podría prescindir, fundamentalmente de las materiales, dicho sea.

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    2. A eso yo no lo llamaría dependencia sino "inteligencia y sabiduría", ¿o no?. Estamos aquí para ser felices dando al concepto felicidad una gran amplitud: amor a uno mismo y amor a los demás. ¿amarse a si mismo es negativo?, ¿amar a los demás es negativo?. Ojalá todos fuéramos "dependientes" de esos grandes valores. ¿O no, optimista?

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    3. Amar no es negativo, estar obligado a amar, sí.

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  2. Eso es Juan. Todo en dosis adecuada es beneficioso. A Pepi, la pasaba como a ti con el T. de la E., son tantas las enseñanzas que recibe que ha tenido que empezar a poner límites, y ¡vaya curre que se trae!, porque poner límites no se la de muy bien, pero a la vez también lo considera beneficioso para el desarrollo de su vida ponerlo en práctica en otras situaciones como muy bien has expuesto.

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    1. Optimista: Gracias Pepi por tu comentario. Creo que a partir de ahora voy a responder a todos los comentarios, más que nada para a ver si con la mayor participación me animo, porque a parte de Pepi y Norecic, y alguna vez Elena y algún que otro anónimo, el resto no pasan de voyeristas. Que no es que me queje, que también, sino que quiero animaros a que dejéis impresas vuestras opiniones, no sólo de mi post, para perder la sensación de no ser escuchado/leído. Bueno, que ya me he animado yo solito, que gracias. Y no os enganchéis mucho a este blog que ya os digo que atrapa, pero y mucho.

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  3. A mi me gusta engancharme a lo que me hace feliz. El TE me ha hecho mucho bien. Este blog me ayuda en mis ratos de reflexión. No veo peligro en ello. Veo más bien realización. Bien entendido que acepto que un día me aparte de este blog a del TE. Todo lo recibido me parece un bien. Así le entiendo. Y tus reflexiones -optimista- son un buen dulce para mejorar mi autoestima, mi empatía, mi asertividad...en fin como ves vuelvo a las enseñanzas del TE. Porque soy de los que creo que yo soy el dueño de mi vida y no vale echar balones fuero. Sigo aprendiendo en todo ello. Por eso sigo unido al TE y a este blog. Bueno, un poco rollo,,,pero es que me sale de carrrilla, ja ja ja.. Norecic

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    1. Mira César, digo Norecic, sin ánimo de polemizar, peligro, lo que se dice peligro en alimentar valores buenos no hay, pero a ver si compartes esta reflexión. Ir a misa cada domingo a repetir las mismas palabras y escuchar los mismos discursos no tiene peligro tampoco, pero es una costumbre para mí innecesaria y que se ha convertido en un enganche también. Si quiero pedir, rezar o hablar con Dios lo hago desde donde esté, ¿no? ¿O tengo que obedecer a lo que dice un señor que vive en Roma elegido entre otros señores que viven en lujosas mansiones? Las religiones, los dogmas de fe, las considero dependencias mentales que sirven para controlar y manejar mentes. Tras la muerte hallarás la felicidad junto al Señor, en el Reino de los Cielos. Venga ya!!!!! Nunca compararé a la ONG Teléfono de la Esperanza con la religión católica, de hecho cada poco se repite que es una organización aconfesional, y así la considero, pero si dependes de lo que diga o haga una ONG para tu estabilidad emocional, estás perdido. Es que me ayuda tanto... Sí, vale, eso es lo que digo, utiliza el TE para ayudarte, para ayudar, pero no te hagas teléfonodependiente porque si no estás atrapado en otra red más de entre las muchas que nos acechan.
      ¿Me estaré convirtiendo ahora en un pesimista? ¿Me habré pasado al bando contrario?

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