El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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martes, 7 de mayo de 2019

La estrella
que nos guía:
Camino de Santiago

M.ª Elisa López González


Como si no hubiera pasado un año largo con todo lo que en él puede acontecer y aconteció, de nuevo estábamos donde lo dejamos, en Poladura de la Tercia. Esperado y añorado este encuentro, me sentía emocionada por retomar lo que para mí ha sido una experiencia llena de emociones, descubrimientos y enriquecimiento personal.
Salimos de León llenos de entusiasmo con la alegría del reencuentro, dando la bienvenida a los nuevos y añorando a los que echábamos en falta. Pronto Tomás nos empezó a deleitar con su “sabiduría” y a explicarnos el origen del camino de San Salvador, agradecida del descubrimiento y disfrutando del paisaje que se veía desde el autocar en nada llegamos a nuestro destino de manos de Santi.
Empezamos nuestro camino con nuestras danzas cerca de un arroyo, empezaron a pasar coches ¡qué curioso cómo atraemos la curiosidad! Para que luego digan que en los pueblos no hay movimiento. Valentín nos invitó a que cogiéramos una piedra que nos llamara la atención para llevarla con nosotros. Yo cogí una pequeñita, sencilla, como son las cosas que poco a poco van llenando la vida.
Tengo que decir que el entorno estaba precioso, tan verde salpicado de florecillas, sonando el trino de los pajarillos y de vez en cuando el agua de alguna fuente o arroyo haciéndose notar como cascabel; con un cielo tan azul como suele ser el de León, un deleite para los sentidos con una temperatura agradable para caminar, con sol y brisa; y así hicimos los primeros kilómetros de subida hasta el Alto de los Romeros, zona de avituallamiento y donde hicimos unos minutos de silencio.
Cogimos fuerzas para seguir hasta Vista Arbás, punto más alto del Camino de Santiago, desde allí se veía abajo pequeñito Busdongo, y en una explanada tomando como punto una cruz sencilla y rodeada de un rosario y un pañuelo hicimos un círculo y allí arriba donde más soplaba la brisa homenajeamos la memoria de Esther, la que fuera compañera en tantas etapas del camino, con la que compartimos abrazos, meditaciones, encuentros, descubrimientos, visitas guiadas a ciudades, museos, y todo lo que merece la pena conocer allí por donde hemos pasado, y tantas cosas que hemos descubierto a lo largo de las etapas recorridas. Llegados a este punto, tengo que hacer una parada pues no sé cómo describir la emoción de este encuentro, y un nudo siento en la garganta. Cómo explicar el sentimiento de unidad del grupo con Esther madre y con Esther hija, con todos cogidos de la mano evocando a esta mujer sencilla, humilde y llena de inocencia. En su recuerdo simbolizamos en esa piedra recogida a alguno de nuestros seres queridos que ya no están entre nosotros aunque sí siguen con nosotros, en nuestro corazón, en nuestra memoria.

Cómo explicar la generosidad de Esther hija compartiendo con nosotros su dolor con aceptación y entereza; y así, juntos, estrechando nuestras manos leímos poemas y cantamos las canciones de sus cantantes favoritos y como colofón nuestro artista, Javi y rastreador de la expedición, que va y viene a veces corriendo, que yo digo ¡madre mía que energía tiene este chico! Pues Javi con esa inspiración que tienen los artistas plasmó en barro la huella de la bota de Esther con la que hiciera tantas etapas de nuestro camino y así quedó al lado de una señal indicadora de la ruta a seguir, su huella firmada por todos los allí presentes para que quede en el recuerdo y sea contemplada por todos los caminantes, paseantes, ruteros y demás amigos de la naturaleza. Y otra para Esther para que la tenga en el recuerdo.
Siento que me estoy alargando y me gustaría resumir pero es que esta etapa ha sido muy especial. Alguien que vino por primera vez me dijo que había hecho rutas con grupos de montañismo pero que era muy distinto, este camino está lleno de espiritualidad, porque lo mismo practicamos silencio, que una dinámica de crecimiento personal con un compañero, que abrazamos un árbol….claro, no somos simples ruteros, hay más, hay abrazos, complicidad, danzas, también tiempo para descansar, comer y tomarse un café como hicimos arriba en el puerto de Pajares, pero sobre todo hay tiempo para darse cuenta de lo afortunados que somos, por lo menos así me siento yo, afortunada de teneros, de sentirme acompañada, escuchada. Otra compañera me comentó, este es un día que tendré en mi recuerdo para cuando tenga bajón, así es, una píldora para echarnos encima cuando la vida nos dé un meneo, para esos días duros, duros de verdad, para poder rescatar del disco duro este día maravilloso, y así ha sido porque hay personas, como por ejemplo, Valentín, que se empeñan en que salgan las cosas bien. Cuanto tengo que agradecerte, ala así sin pudor, en público te lo digo. Gracias, gracias, gracias.
Esther hija si se tuviera que quedar con algo de lo vivido de este homenaje sería con los abrazos recibidos y el recuerdo tan bonito de que Esther fuera el ángel que la vida quiso convertir en su madre.

Tenemos 5 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Ese día tuve algo de duende y fue, sin duda, grande. Grande en hermandad y grande en alegría, a pesar de evocar a una compañera y a una madre que ya no está entre nosotros. Un inmenso cielo azul nos recordó que la luz es más fuerte y que ahí no hay diferencias. Lo cuentas muy bien Marieli.

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  2. Precioso relato y seguro que maravilloso lo vivido y sentido ese día , gracias por compartirlo.

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  3. Me alegro mucho de lo bien que habéis pasado este día tan emotivo, tan especial y tan maravilloso. Cuanto me hubiera gustado estar con vosotros. Un abrazo para todos.
    JF

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  4. ¡Como me hubiera gustado compartir esta etapa con vosotros. ¡Os tuve muy presentes!.
    Fabuloso relato Marieli; me has emocionado, y hasta me han dado escalofrios.

    Esther a través de este maravilloso blog. Te mando todo mi cariño, deseándote que esta situación tan triste que la vida te ha presentado como ha sido la muerte inesperada de tu madre, tengas fortaleza, entereza y esperanza en una vida nueva que estás comenzando. Marian

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  5. Qué bonito Marieli, qué bien transmitida la emoción que sentimos todos y qué bien expresado el regalazo que nos ofreció la vida con ese bonito día (aunque se te olvidó que la "brisita" que llegaba de los preciosos neveros nos dejó "pasmaos" a más de un@...), con ese acto inolvidable y con las maravillosas personas que nos rodeaban por todas partes!! Gracias por dejarlo tan bien plasmado para siempre!!!

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