¿Qué se puede tener?

Conversaciones con mi mente

M.ª José Calvo Brasa

No hace mucho hablé de un banquete bien surtido; un banquete que nos ofrece la vida, lleno de todo lo que podamos imaginar. Me sorprende que siempre que hablo de esto surgen términos como “moderación”, “mesura”, “prudencia”, “miedo”, e incluso la decisión de no coger nada de la mesa…

Curioso. La vida nos lo da todo y nosotros lo rechazamos.

Crecemos escuchando una frase muy cierta, sin duda, pero que, al no meditar seriamente sobre ella, queda en el limbo de la ambigüedad, produciendo un dolor inmenso en nuestra vida y en nuestra autoestima. Se trata de la famosa frase “no se puede tener todo”. Y es verdad. Nadie puede tenerlo “todo” por la sencilla razón que, aunque suene a perogrullo, todo es todo; o sea, todo lo que existe, todo lo que contiene este mundo o incluso este universo. Con lo cual, ni es posible tenerlo, ni nadie desea realmente tenerlo “todo”. Sin embargo, quizá sea posible tener todo lo que deseamos… ¿por qué no? ¿Qué pasaría si una persona decide trabajar en sí misma, observarse y darse cuenta de lo que desea realmente? Primero, se daría cuenta que realmente no desea ese “todo”, sino una parte mucho más reducida. Segundo, quizá se animara a trabajar para obtenerlo. Y si esa persona es capaz de creer que merece eso que desea, sin duda lo obtendría.

Pero muy a menudo no se consigue nada. Quizá surgen entonces esos términos anteriores: moderación, mesura, cuidado, miedo… Todos ellos englobados en una sola expresión: “no me lo merezco”, con lo cual acabo obteniendo aquello que creo que merezco.

Si la vida te ofrece un banquete repleto de todo lo que existe, ¿harás caso del miedo y te quedarás con lo que crees merecer, o creerás que mereces todo lo que deseas?

Por lo tanto, ante el banquete de la vida, sería bueno tener en cuentan que realmente no podemos tenerlo todo. Pero sí podemos tener todo lo que queremos, siempre y cuando creamos que lo merecemos, porque de lo contrario, acabaremos teniendo lo que creamos merecer.