El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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martes, 11 de octubre de 2011

ESTUVE A GUSTO. ME SENTÍ CONTENTA.


No había pensado mucho en el II Concierto Voces de Esperanza. Es verdad que el primero me encantó. Pero, había pasado un año, y los sentimientos se van olvidando. Pero lo cierto es que asistí también a este II Concierto, que llaman, de Voces de Esperanza.

Me había gustado el cartel. Un pájaro enmarcado en una ventana vieja, con una zarza. La belleza y la dureza en escena. Porque el camino de la vida trae eso: cosas muy bellas envueltas en dificultades, desde el mismo momento del parto.

Me resultó curiosa la primera imagen de Álvaro Fraile. Y, me parece a mí, que acerté en mi primera valoración. Este tío es gracioso. Y eso ya me gusta. Es un chistoso. Sabe relativizar los problemas. Sabe que hay días tristes. Y no los combate. Simplemente deja que pasen, que fluyan, ellos solos se esfumarán. Me parece de sabios. Una vez le oí decir a una persona que cuando alguien te dice que está triste, escúchale y basta, no trates de convencerle que es mejor estar alegre o menos decirle y "tú de qué te quejas". Tenemos derecho a estar tristes y alegres y sensibles y felices y hartos.

Bueno a lo que voy. Se me ha pedido que diga qué sentí en el concierto. Y lo digo ya.  Me sentí comoda y satisfecha. Me sentí a gusto. ¡Bueno, no sé si esos serán sentimientos, para estos del Teléfono de la Esperanza!  Pero es lo que me ha salido. Por cierto, ¿lo son?

Me gustó el concierto. Me gustó cómo Álvaro Fraile presentaba o “se enrollaba” con cada una de sus canciones. Sí me gustó. Esa guasa, esa coña, ese humor… me gustó. Y me gustó como canta. Lo escucharé en mi cadena de música más veces y también en mi mp3. Sí Álvaro, te escucharé. Me transmitiste algo...que me ha encantado. No tenía ni idea quién eras, pero, oye, qué bien cantas. ¡Y cómo te enrrollas! ¡Con buen rollo, sí!

Y también me gustó cómo los que organizaron encajaron la labor del Teléfono de la Esperanza. No sabía que se dedicara a la “salud emocional”. Oye, y el video que presentaron en el intermedio me dejó “helado”: vaya cosas que se dicen ahí. Van directas al corazón. No sé si algún día iré a hacer algún curso. No sé si podré decir mis sentimientos con la naturalidad que ahí se expresaran. Pero lo que sí sé es que me gustó. Y me gustó mucho. Porque desde pequeño siempre me ha gustado hablar con el corazón. Me gusta la gente que habla así.

Esto es lo que me ha salido. Así os lo envío. Si merece la pena, bueno yo estaré atenta por si lo tenéis a bien publicarlo en el blog –por cierto, os sigo cada día-. Si no fuera así doy por bien empleado este tiempo que me ha servido para recordar que estuve muy a gusto en el II Concierto del Teléfono de la Esperanza. Por favor: seguir dándonos esperanza. Y también conciertos.

Un abrazo. Prefiero seguir en el anonimato.

Una que os sigue.

Tenemos 2 comentarios , introduce el tuyo:

  1. A Pepi le ha encantado tú exposición, porque se une a lo que vivistes en el concierto.
    Te voy a poner una frase, y con esto es suficiente para que tú decidas, si ir a los cursos o no, (porque en el teléfono no se dan consejos).
    "EL TELEFONO DE LA ESPERANZA ES UN TIEMPO Y UN ESPACIO PARA SER TU MISMO".
    ¡Ah! y me despido dándote un abrazo; de los sinceros y entrañables, como siempre te reciben y despiden en el centro del Teléfono de la Esparanza.

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  2. Me ha gustado mucho este testimonio y la forma de escribirlo, de forma espontánea, natural, como quien pasa por las cosas, las observa, se detiene un instante, las olfatea y las extiende. Es bonito esto de extender las fragancias, los perfumes...

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