Los pasos para la madurez humana
Por el profesor CARBONELL
1º.- Ten un objetivo en tu vida. No puedes andar despistado de aquí para allá, sin rumbo y sin horizonte. Antes se decía: “un ideal es imprescindible para saber dónde quieres ir”. Hoy se han cambiado las palabras y se apuesta por “ten una meta”. Mario Benedetti diría “es imprescindible tener una utopía”; esa utopía nunca la alcanzas, pero sirve para alumbrar el camino. El objetivo-meta-ideal-utopía responde a estas preguntas: ¿Qué es lo que quiero hacer con mi vida?. ¿Qué es lo que me haría más feliz si lo hiciera?
2º.- Tu objetivo-meta-ideal-utopía sea elevado, ambicioso y lejano. Elevado porque haga mejorar no solamente a tu persona sino a toda la especia humana. Ambicioso porque debe procurar el mayor bien posible, que sea al servicio del bien común. Y lejano porque sepa sacrificarse hoy para recibir recompensas mañana: hay que saber posponer la satisfacción de nuestras decisiones. No te olvides de que estás en deuda con el universo: tu potencial interior debe de estar al servicio de la mejoría de la especie humana, por encima de cualquier interés particular.
3º.- En tu objetivo-meta-ideal-utopía hay que saber arriesgar y tomar decisiones. Hay que jugar la partida y aceptar que puedes perder, que te puedes caer, que te puedes estrellar, como parte del proceso de conquista de tu sueño. Asumir que el camino no es derecho y que va a tener caídas y retrocesos.
4º.- Ten “fe” en tu objetivo, meta, ideal o utopía. Cuando uno tiene claro lo que quiere parece que todo el universo se confabula con uno para conseguirlo. Sin fe no se puede vivir. No se puede soñar. No se puede luchar. Es imprescindible creer en uno mismo, en sus posibilidades y en sus capacidades. Alguien dijo: “la fe mueve montañas”, y es absolutamente cierto. Ten confianza, es lo que está reclamando este punto. No te permitas claudicar y abandonar el camino. Como diría Goytisolo: “otros esperan que resistas”, que aguantes. Hay que aguantar. También lo decía el Maestro Eckhart .
Seguir queriéndome,conociendome y aceptándome, resolver los problemas que se me presenten en la vida por muy duros que sean, con la finalidad de estar feliz conmigo misma y así se la transmitire a a los demás.
ResponderEliminarY a Pepi le encantaria un día poder felicitarse por haber llegado a ser una gran voluntaria del Teléfono de la Esperanza.
Gracias por estas enseñanzas que parecen nuevas, pero al mismo tiempo son muy antiguas
ResponderEliminarYo mas que fe dria AMOR a todo lo que te rrodea .El amor no es débil, fragil o blando ¡el amor es la fuerza positiva de la vida¡ . el amor es la causa de todo lo bueno y positivo de ti mismo
ResponderEliminarYo creo que sin meta, sin algo por lo que vivir no conseguimos nada, a veces esa meta nunca llega pero si mantenemos la ilusión hemos conseguido mucho.
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo con el profesor Carbonell.
ResponderEliminarTener un objetivo en la vida, una meta me convierte en triunfador/a. Yo soy quien construyo mi realidad a partir de todas las irrealidades que haya encontrado y que pueda seguir encontrando, yo y sólo yo soy quien decide vivir o permanecer muerto/a en vida, que a buen seguro es una muerte de lo más dolorosa.
Tener una meta me convierte en un hacedor/a de mi propia vida, asumo mis circunstancias e intento cumplir con ellas y conmigo mismo/a. Es difícil construir una vida sin metas, me siento vacío/a, muerto/a, si no doy un sentido = una meta a mi vida. La meta y el objetivo para mí es el sentido que yo doy a mi vida, la meta es necesaria para seguir, para "poder" seguir, para poder vivir. Realizando esa meta, quizá, pueda encontrar el verdadero sentido de la vida que a veces se convierte en el sentido de mi propia vida o a veces se me queda corto ese sentido, porque buscar un sentido a la vida quizá no sea mi objetivo, porque la vida no debe ser siempre una búsqueda, una falta de respuestas, una claudicación; la vida es mucho más grande de lo que yo puedo concebir en mi ilusa y pobre mente, la vida está únicamente para vivirla.
Hipálage