A poco que te fijes, que veas la televisión o que leas la prensa o simplemente que camines por tu ciudad, podrás decir con noostros ¡cuánta gente buena!
Y con esta expresión, no solo queremos destacar a la mayor parte de las personas que hacen una vida ordinaria, respetan los derechos de los demás y no se meten con nadie.
Queremos dar un paso más y nos referimos, sobre todo, a esa gente, con nombres y apellidos, -cada cual que ponga los suyos-, que dan parte de su tiempo, con gratuidad y generosidad, a echar una mano a los demás.
Son personas en las que late un deseo de dar parte de lo suyo a los que necesitan parte de lo nuestro. Sea un consejo, sea una caricia, sea una mirada, sea un rato de conversación, sea una visita o sea una limosna. Nuestra sociedad, se dice, necesita “tranquilizar las conciencias”, pero, más bien creemos nosotros, que, aunque quizás sea así para algunos, no lo es para la mayoría.
No lo es para esos seres anónimos que emplean parte o mucho de su tiempo en ONGS donde, fundamentalmente, cuenta la persona. Esos héroes anónimos están sacando lo mejor del ser humano: su bondad. Porque, no nos olvidemos, somos seres bondadosos.
Hoy, especialmente, dedicamos muestra reflexión a los voluntarios del Teléfono de la Esperanza. Porque la labor que hacen es de tal magnitud que no podemos ocultarla. El TE está abierto a todos aquellos que quieran crecer y vivir la vida intensamente como personas únicas, irrepetibles y valiosas.
Y con esta expresión, no solo queremos destacar a la mayor parte de las personas que hacen una vida ordinaria, respetan los derechos de los demás y no se meten con nadie.
Queremos dar un paso más y nos referimos, sobre todo, a esa gente, con nombres y apellidos, -cada cual que ponga los suyos-, que dan parte de su tiempo, con gratuidad y generosidad, a echar una mano a los demás.
Son personas en las que late un deseo de dar parte de lo suyo a los que necesitan parte de lo nuestro. Sea un consejo, sea una caricia, sea una mirada, sea un rato de conversación, sea una visita o sea una limosna. Nuestra sociedad, se dice, necesita “tranquilizar las conciencias”, pero, más bien creemos nosotros, que, aunque quizás sea así para algunos, no lo es para la mayoría.
No lo es para esos seres anónimos que emplean parte o mucho de su tiempo en ONGS donde, fundamentalmente, cuenta la persona. Esos héroes anónimos están sacando lo mejor del ser humano: su bondad. Porque, no nos olvidemos, somos seres bondadosos.
Hoy, especialmente, dedicamos muestra reflexión a los voluntarios del Teléfono de la Esperanza. Porque la labor que hacen es de tal magnitud que no podemos ocultarla. El TE está abierto a todos aquellos que quieran crecer y vivir la vida intensamente como personas únicas, irrepetibles y valiosas.
Los redactores del Blog
Es verdad, estamos rodeados de gente buena... y nos fijamos en aquellos que les encanta embarrar y ensuciar todo.
ResponderEliminarFelicidades a los que van por la vida creando esperanza.Felicidades a esas personas grandes que inevitablemente se encuentran con la noche oscura, y saben salir airosos o contar con ella. Y no sólo eso, sino que comparten su experiencia y abren camino a los que están en dificultades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Maravillosa gente que nos encontramos cada dia, en nuestro trabajo, en nuestras amistades, pero especialmente maravillosas son todas las personas que dedican su tiempo a ayudar a otras y muy especialmente todos los voluntarios del T.E. Gracias. Muchas Gracias.
ResponderEliminarEn primer lugar un gran aplauso a los redactores del blog por este reconocimiento a los voluntarios del T. de la E. a los que les envio mi más cariñosa felicitación.
ResponderEliminarMe produce una gran satisfación al pensar que el interior de todos estos voluntarios tiene que estar lleno de paz, felicidad, bienestar. ..., por tanto bien que han hecho y hacen a tantas personas, entre ellas a mí.
Pepi nunca supo hasta que atendio a su madre durante su enfermedad y ahora en su fallecimiento, lo que era recibir por haber dado sin buscar recompensa, hasta tal punto que la está ayudando mucho a ir superamdo su pérdida, pues también se encuentra con paz, tranquilidad, felicidad....; aunque también tiene sus momentos tristes, porque sus PILARES (PADRE Y MADRE), ya se han caido, pero se permite cuando lo necesita llorar y mucho, pues acepta que efectivamente "la vida es un paso hacía la muerte".
Esta vivencia familiar además la ha servido para sentir que a ella también la gustaria llegar algún día a ser una voluntaria del T. de la E., pues tener el interior desbordante de alegria, serenidad.... por la ayuda a los demás, eso es de un valor infinito.
Tiquio eres encantador, CUMPLES, aunque no prometes.Trabajas desde la humildad y eso llega al corazón, a mi corazón. He visto las correcciones y he recordado la charla contigo. He dejado mi puerta abierta ante tu generosidad.
ResponderEliminarLos demás que no se vayan a poner celosos o celosas, ¿eh?. Permitidme que diga que a pocos, eso sí, los quiero más, porque los he tratado y puede que tenga más afinidades con ellos/as. A algunos/as se les ve más, escriben más, hablan más... otros/as, en cambio, trabajan siendo menos vistos y oídos. A los que estáis entre bambalinas os quiero muchísimo,especialmente a las parlanchinas, animadoras,abraza-cuerpos, besa-caras,¡qué importante es saber estar ahí!
Agradezco también a quien me ha puesto en vuestro camino, las casualidades no existen, y me agradezco a mí misma haberme dejado elegir. Creo que esta vez he hecho una buena elección, y a todos,en general, deciros que os considero grandes promesas de futuro y saber que hay un futuro me llena de esperanza, me reconforta y me anima.
Os dejo por hoy con ese abrazo que dais en el teléfono, el abrazo de oso. Me gustaría saber algo sobre él. Ya me contaréis. Los cuentos me encantan, son dulces, fantasiosos, creativos y suelen llevar una enseñanza didáctica o moralizante.
Un abrazo de OSO o de OSA. ¡Ja, ja! ¿quién tendrá los brazos más largos y menos peludos? Besitos de osito /a, aquí no tengo que pensar tanto.
Gracias por esas "afirmaciones" que elevan tanto la autoestima. Seguiré sin prometer nada, y procurando ser como a mi me gusta ser. Lo de que le agrade a los demás viene por añadidura y es muy reconfortante y anima a seguir adelante en esa dirección, pero no tiene que ser ni lo esencial ni imprescindible. Procuraré seguir cumpliendo.
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