Durante años fui un neurótico. Era un ser angustiado, deprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era.
Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo por mucho que lo intentara.
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Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba. Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara.
Y también con él estaba de acuerdo, y no podía sentirme ofendido con él. De manera que me sentía impotente y como atrapado.
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Pero un día me dijo: "No cambies. Sigue siendo tal como eres. En realidad no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte".
Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música: "No cambies. No cambies... Te quiero...".
Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡oh, maravilla!, cambié.
Tony de Mello
M.A.P. opina: Hasta que la persona no se da cuenta de sus fallos, es imposible que cambie; el mejor método no es decírselo, si no, indicarle por ej. que vaya al Teléfono de la Esperanza, que hay unos grupos y cursos que le pueden resultar interesantes.
ResponderEliminarACEPTARSE, ACEPTARSE, ACEPTARSE, ACEPTARSE, ACEPTARSE, ACEPTARSE, ACEPTARSE, ACEPTARSE.
ResponderEliminary BASTA.
Toda persona tiene cosas positivas y cosas a mejorar, es cuestión de conocerse e ir descubriendo.A veces,otros pueden indicarte, pero el proceso a interiorizarlo y crecer es sólo tuyo.Tienes que morir a unas cosas para poder madurar otras.Se puede hacer¡ánimo!
ResponderEliminarDejar libertad, no atosigar, ponerse en el lugar del otro, no querer sustituirle... de todo eso hablamos y mucho en el Teléfono
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