Pilar insistió en que diéramos un paseo por la Candamia. Había cosas pendientes que decirnos y el día era azul y alegre. "Vamos por la orilla del río y después subimos..", insistió. "De acuerdo, a las seis en la plaza de Santa Ana", fue mi respuesta.
La encontré contenta y con ganas de inciar una nueva etapa. Por fin, después de muchos rechazos ha encontrado trabajo en una empresa en el polígono de Villadangos. Su vida ha sido dura y en su cara hay oradadas huellas amargas. Me insistió en que no hablara de sus dolores y sus traumas.
Ella estaba interesada en que le informara de las actividades del Teléfono para los próximos meses. Estaba decidida a unirse a este carro. Andrea, Paqui y Rosa, le habían hablado de las bondades de los grupos de desarrollo personal.
"Pues mira, van a empezar varios cursos y talleres que te pueden interesar. Uno sobre "el arte de comunicarse bien"; se trata de ver nuestros bloqueos y dificultades en la comunicación, para conseguir relaciones más fluidas y armónicas". Ella sin querer evocó varias relaciones fallidas y dijo en voz alta un par de nombres. "Está el taller de autoestima, como algo básico y fundamental para ir por la vida con la cabeza erguida y el corazón acompasado; otro sobre "aprender a vivir"". "Eso es lo que a mi me pasa, no he sabido vivir, y por eso he ido de tropiezo en tropiezo; me gustaría aprender a escuchar, a confiar, a sentir, a amar..". "Pues sobre eso trata", reafirmé; "el taller de inteligencia emocional es la crème de la crème, una gozada para personas que no saben manejar sus emociones y sus sentimientos y dejan que todo lo haga la cabeza, y la cabeza en muchas ocasiones se enreda y se enreda y pierde lo substancial de la vida, como si a unas patatas con carne, les quitases la carne..". "Te entiendo", afirmó. "Para la gente que quiera navegar por aguas más profundas y sea valiente para afrontar sus pesares, se les ofrece un curso intensivo sobre conocimiento de si mismo".
¿Y hasta cuándo se puede una apuntar y dónde?, me preguntó. "Hasta el día 26 de marzo, en la sede del teléfono, en Calle Padre Isla. Ya verás que es una experiencia inolvidable", insistí.
"Cuánta vida", me dijo, "!y qué ilusionado te encuentro".
Decidimos pararnos a contemplar la vista de la ciudad desde lo alto de la Candamia, la misma vista que tú hoy, amigo/a bloguero te ofrece la pantalla. Me alegró comprobar que la respiración de Pilar era rítmica y pausada y que había luz otra vez en sus ojos.
Como lo presentais de bien.
ResponderEliminarQue fotografias más maravillosas.
El paseo tuvo que ser una delicia; con ese sol, el cielo azul, la brisa, el camino despejado; para poder saltar, correr, brincar gritar etc.etc.etc.
Y talleres o cursos no se si hará, pero la información seguro que fue muy clara, concreta y concisa.
Menos mal que no le hablasteis del curso "Piensa bien y te sentirás mejor", porque eso ya son palabras mayores je,je,....
A M.A.P.le satisface ver que todavía tiene muchos cursos que hacer, y camino que recorrer para "sanar sus heridas".
Me gusta cómo se trabaja en el TE de León, cómo puntualmnete se informa de las actividades. Estoy comprometida a divulgralas.
ResponderEliminar