Mercedes, Jose María, Petri, Tere, Secun, Marian, Hermias, Russell… y así hasta 75 “amigos” del Teléfono de la Esperanza de León estuvimos la noche del viernes día 10 de diciembre, en las instalaciones de la Casa de Asturias, compartiendo unas horas en la “cena de navidad”. Más que la cena, que estuvo bien y se sirvió la que quiso la mayoría, lo que queremos destacar es el buen ambiente que hubo. Tuvimos la oportunidad de saludar y abrazar a unos y a otros, de charlar con quienes coincidimos o expresamente buscamos, de alegrarnos por ver a quienes hemos visto menos durante el curso. Cantamos villancicos, brindamos y bailamos. Fue un día de fiesta. Fue un encuentro de convivencia. Fueron unas horas, diríamos un sólo un instante. Como muchos dicen a menudo, el Teléfono es como una familia. Así lo vivimos nosotros. Una comida familiar donde estuvimos a gusto y nos reímos. Un encuentro feliz. Mereció la pena.
Pero no está de más añadir algún pero. A nosotros se nos ocurren dos. El primero, que tenemos que mejorar y aprender el brindis (para eso no se necesita ni taller ni curso). El segundo es lo del baile. Tras las enseñanzas del fin de semana con las danzas meditativas, todos quisimos coger el ritmo y el paso...pero ... habrá que seguir danzando... ¿esto del baile puede ser objeto de un curso o de algún taller? ¿O a lo mejor es preferible que cada uno siga su ritmo musical? ¿qué pensáis? Si no hubiera aportaciones llamaremos a las cabezas pensantes para que nos ilustren...
Reiteramos: mereció la pena salir de casa. Mereció la pena charlar y disfrutar en un ambiente entrañable. Mereció la pena compartir. Mereció la pena, una vez más, ser del Teléfono de la Esperanza.
Estoy de acuerdo, resultó fenomenal. Como siempre los organizadores del T. de la E. lo hicieron de maravilla. Me lo pasé muy bien y además comparto que tenemos que mejorar, ja,ja,ja; tanto el brindis, como el baile. Con Mari Nieves y Herminio está solucionado para que nos enseñen a brindar y en cuanto al baile, propongo a Esther (psicóloga), a Mª José que está en el taller aprendo a vivir I y alguna persona más, que daban envidia sana de lo bien que lo hacian.
ResponderEliminarNote la ausencia de personas encantadoras, que por diversos motivos no pudieron ir.
me encantó asistir a la cena, cada día me encuentro con los compañeros en la sede, pero verlos en este ambiente de fiesta y alegría es algo genial.
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