....continuamos con la reflexión del viernes pasado......
Una conclusión aparece meridianamente clara: existen personas tóxicas. Personas a nuestro alrededor que nos miran con lupa realzando nuestros puntos flacos y echándole agua a nuestras fortalezas. Son gente que le interesa un pepino nuestra autoestima y nuestra felicidad. Al contrario se empeñan en hacernos infelices, desgraciados, tristes. Les encanta reducirnos, atacarnos, destruirnos. Quieren extender su propio malestar y muchas veces, si no estamos alerta, lo consiguen. Son como serpientes que extienden su veneno o nos asfixian y nos empequeñecen.
De la mano de Bernardo Stamateas, en su libro “Gente tóxica”, vamos a desplegar un abanico de gente tóxica. No están todos los que son si pero si son todos los que están.
1. Los meteculpas. Los que nos cargan con pesados fardeles y nos hacen vivir bajo el peso amargo de nuestras culpas. Nos recuerdan permanentemente lo malos que somos y cuántos son nuestro errores.
2. Los envidiosos. Aquellos que desde su propia mediocridad y cobardía, no soportan que los demás brillen, destaquen, iluminen.
3. Los descalificadores. Aquellos que siempre encuentren un pero para echarnos a la cara, devaluando nuestro hacer, nuestro pensar y sentir.
4. Los agresivos verbales. Son personas difíciles y complicadas que les gusta hacernos vivir en guerra permanente, en humillarnos con sus gritos y sus palabras agresivas, con sus órdenes muchas veces irracionales y dogmáticas.
5. Los falsos. Los que van por la vida con mil caretas y en cada situación se ponen la que mejor proceda. Son hipócritas y mentirosos. No tienen criterio ni voz propia. Son imitadores, doblones de vidas ajenas.
6. Los psicópatas. Son expertos en engañar, en falsear y tienen como fin arruinar tu vida, traicionarte. Son camaleónicos, como reptiles en búsqueda de su presa deseada.
7. Los mediocres. Son aquellas que no se atreven a salir de su madriguera, de su pequeñez y de su rutina, y desde ahí despellejan a los que salen al ruedo, piensan distinto y se atreven a seguir su propio sueño.
8. Los chismosos. Son aquellos que al no tener vida propia saben de más de la ajena, pero para criticarla, cuestionarla, humillarla, distorsionarla.
9. Los jefes autoritarios. Los que se creen en posesión de la verdad o de la razón o de la ley y la imponen utilizando el temor, la coacción y la amenaza.
10. Los neuróticos. Aquellos que viven bajo el temor, el miedo, la ansiedad, el estrés permanente y quieren que los demás sigan ese camino destructivo.
11. Los manipuladores. Aquellos que juegan con medias verbales, medias palabras, retorcidas intenciones. No van limpio ni de cara. Manejan un interés por detrás. Buscan seguidores.
12. Los orgullosos. Aquellos engreídos que creen que todo lo hacen bien y los demás mal. Los pluscuamperfectos. Nadie puede contradecirles, cuestionarles, hacerles repensar.
13. Los quejumbrosos. Los que tienen siempre un motivo para quejarse, lamentarse, derrumbarse, amargarse. Son débiles y moribundos. A su lado abundan la tristeza y el lamento.
Amigo internauta, ¿echas en falta algún tipo no reseñado?. ¿Qué tipo de personas tóxicas te rodean?. Atrévete a ponerles nombres y rostros. Y tú, cuando desprendes toxicidad, ¿a cuál te pareces más?
Redacción del blog
La lista es amplia, las categorías extensibles, de vez en cuando veces a nuestro alrededor personas de esos tipos....pero, quizás, lo más importante es que noostros mismos nos demos cuenta cuando adoptamos una tipología así...miedosos, engreidos, faltosos,pijarosos,...porque, en definitiva es esto, lo nuestro, lo que podemos cambiar...y en cuanto a los demás apartarnos. ERASMO
ResponderEliminarCreo honestamente que en momento determinados he formado parte de alguno de estos grupos, a veces inconscientemente, pero así es y hay que asumirlo
ResponderEliminarYo los llamo vampiros, si no te das cuenta, poco a poco te absorben
ResponderEliminarSi, nos cogen la energía y cuando te das cuenta, como entres en su juego, estás sin fuerza de argumentos .A veces un@ puede alejarse pero no tanto como quisieramos...en el trabajo, en lugares de encuentro,nosotros mismos alguna vez hemos caído en la trampa de lo que evitamos.
ResponderEliminar¡Alerta, Campanilla!
Me ha resultado doloroso leer la redacción del blog de hoy, y no iba a exponer lo vivido por mí porque ya lo he expuesto; pero al final sí lo estoy haciendo para ver si al expresarlo por un motivo u otro, algún día soy capaz de disminuir, ( porque borrar y olvidar del todo no creo que sea posible), de mis sentimientos, y pensamientos los recuerdos tan dolorosos que tengo por las agresiones verbales, gestos, voces, descalificaciones etc. que he vivido de un hermano; aunque vivo con la esperanza, a ver si algún día le puedo preguntar si yo le di motivos para que él haya tenido esos comportamientos tan terribles hacía mí.
ResponderEliminarPepi alguna vez en la vida sin ser consciente de ello ha hecho daño a los demás, y en esta circunstancia a lo mejor ha tenido su parte de responsabilidad.
La postura que tuvo que tomar es alejarse de él.