El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
miércoles, 17 de octubre de 2012

PÍLDORAS

En Villagarcía, a carcajadas


No levantes diques de promesas falsas sólo para intentar que un conflicto no inunde tu vida. Lo único que conseguirás es hacerlo más y más grande y que las aguas se acaben llenando de putrefacción. Oculta, eso sí.

Ten el canal de comunicación abierto cuando se trate de hablar contigo mismo. Habla con tu tristeza cuando amenace con hacerse irrespirable. Habla con tu rencor si te vuelve demasiado desconfiado. Habla con tu martilleo constante en la cabeza para intentar saber si tiene procedencia conocida. Habla con tus arrepentimientos para que no se conviertan en rémoras. Habla con tu frustración si no te apetece convertirla en un hábito. Habla con tu memoria sin tapujos ni miedos, en el fondo te tiene tanto miedo como tú a ella cuando se trata de llegar a verdades que suenan a certezas. Escúchate. No tienes nada que perder y ganarás un amigo.

Algunas personas sufren tantos males íntimos, tantos quebrantos falsamente apaciguados por la resignación, que se dejan llevar por la tentación de fingir enfermedades que puedan protegerlas y sirvan de coartada para su permanente desasosiego. Y corren el riesgo de acabar creyendo sus dolencias imaginadas y poniéndose malos para no enfrentarse a sus verdaderas heridas, las invisibles.

El cuerpo es un chivato, y lo sabes. Se chiva de tus flaquezas, pone un foco sobre aquello que te disgusta cuando te piensas. Y, a veces, si te duele el estómago o la cabeza quizá las causas haya que buscarlas o intuirlas no en la digestión o la composición hostil de la comida, sino en la forma en que traicionas tu verdadera forma de ser para contentar a los demás, para satisfacer necesidades ajenas que te implican y te ahogan, y al final tanta farsa te quema por dentro y te revuelve el estómago o te taladra la cabeza. A veces, las píldoras más eficaces contra males físicos que no admiten pesquisa médica no están en las farmacias, sino en nuestras propias estanterías, esperando a que demos con ellas.

Tino Pertierra
Sólo Será un Minuto
La Nueva España

Tenemos 5 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Son extraordinarias las enseñanzas del T. de la E. y muchas veces no nos paramos a ponerlo en practica como: ¡ESCUCHAD VUESTRO CUERPO!. ¿QUE NOS DICEN NUESTRAS TRIPAS?. ¡OCUPAROS EN RESOLVER VUESTROS PROBLEMAS!. ¡MEDITAD!. ¡HACED SILENCIOS!. HACED VUESTRO DIARIO!......
    Con todas estas enseñanzas y más, estariamos en contacto con nuestro interior, aprenderiamos a conocernos, evitariamos muchos problemas y resolveriamos otros.
    Pero que cobardia, engaño, que falta de conocernos.........., en fín un desastre; porque nosotros mismos estamos echando más leña al fuego, preferimos ESCONDER LA CABEZA DEBAJO DEL ALA, pensando que otros nos lo ressolveran.
    Pepi considera que es dificil el camino para conseguirlo, pero mayores son las consecuencias hacía nosotros mismos si no lo trabajamos.

    ResponderEliminar
  2. Me parece una grande pregunta la qu ehoy nos devuelve el blog: ¿Qué dice de mi mi cuerpo quw yo ignoro?. ¿De qué me está hablando?. A mi lleva una temporada invitándome a que reflexione y ahonde en mi dolor de cabeza. ¿Qué oculta y esconde mi dolor de cabeza?... Estoy en ello. Gracias

    ResponderEliminar
  3. Yo tambien creo que muchas de nuestras dolencias fisicas son consecuencia de nuestro estado mental, y si, sabemos, conocemos la teoria y las cosas que debemos cambiar, pero la realidad, nuestra realidad se impone y seguimos sufriendo. Tenemos mucho trabajo por delante.

    ResponderEliminar
  4. Vaya con el Tino,¡qué tino!
    Lo que depende de uno, se trabaja cuando se conoce, pero lo que no depende de tí sino de los otros y te afecta,¿cómo se trabaja? ¿siendo indiferente, impasible?

    ResponderEliminar
  5. Magnífica reflexión, profunda y de gran enseñanza. No es tiempo de echar balones fuera. Soy yo el responsable de mi vida, de cómo la quiero vivir y ya está. Y ¡qué bien que sea así!, porque si dependiese de los demás, ¿cómo voy a cambiarlos?, imposible. Cuando me de cuenta de ello y lo ponga en práctica, dejaré de quejarme y adoptaré otr actitud ante lo externo. Así se enseña en el TE. ERASMO

    ResponderEliminar