El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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martes, 9 de octubre de 2012

LA SOLIDARIDAD: UN SIGNO DE SALUD MENTAL



“Solidaridad” viene del latín “in solidum”, que significa “en bloque”. Hace, pues, referencia a que todos los hombres del universo debemos caminar entrecruzados hacia la felicidad. Ser solidario implica que ofrezco algo que el otro necesita (dinero, tiempo, actitud comprensiva, etc.) pero no esperando recibir algo a cambio. No es una compra-venta. Es más bien un acto de generosidad desde la propia sensación de finitud del dador. Eso sí, el solidario no es un mendigo de amor (como el neurótico) sino una persona que es capaz de poner al servicio del otro su experiencia, su dinero, su saber y su tiempo. Ayudando a “nacer al otro”, renace el mismo.

Ser solidario con la minusvalía, con la carencia del prójimo, presupone partir de la propia conciencia de ser limitado; si somos dogmáticos, arrogantes y autosuficientes, podremos ayudar pero no transmitiremos solidaridad. Esta va unida a la capacidad de renuncia por el otro, aunque por ósmosis nos sintamos enriquecidos por la respuesta del ayudado. Se produce una acción como en los vasos comunicantes: un cambio en un punto cualquiera del circuito repercute de forma potencial en el otro extremo.

Ayudar al otro, por el otro, sin buscar la compensación inmediata, ni monetaria, ni siquiera afectiva. La experiencia de solidaridad produce un sentimiento de bienestar, que no es posible describir. Ser solidario no se puede pesar ni medir. Se es o no se es. A partir de esta vivencia de ayuda uno descubre sus sombras y dificultades y puede iniciar un nuevo camino en su propia escala de valores y proyectos.

Todos las personas, pues, nacemos con la semilla de la solidaridad, que puede evolucionar hacia un sentimiento auténtico de preocupación por los demás, o bien, convertirse en una fortaleza autosuficiente que desprecie a todo lo que no sea uno mismo. Lo que nunca podremos negar es la presencia del “no-yo”, para bien o para mal. De ahí la importancia de los primeros años de la vida, donde desde nuestra primigenia indefensión, debemos ir construyendo un “yo” fuerte, que nos posibilite una interrelación con el prójimo sana y enriquecedora, pero sin caer en la autosuficiencia o narcisismo. El niño debe aprender de forma teórica y vivencialmente que no es el “centro del universo”, que no está sólo. Las necesidades de los demás y sus deseos, son el contrapunto de sus inclinaciones y proyectos. Ser adulto también es tener en cuenta a los otros y sus necesidades.

El voluntariado, pues, es una forma de abrirnos a los demás, potenciado la comunicación y sintiendo el dolor ajeno como propio. De alguna manera, el solidario, pone su mente y su corazón en la indigencia del otro, aplazando por un momento sus propias deficiencias. Además, el voluntariado favorece las relaciones interpersonales y provoca que el individuo salga de sí mismo para ayudar al más necesitado. Todas las personas que trabajan de voluntarios reconocen que “han recibido más” (afecto, valoración, respeto, autoestima, etc.) que han ofrecido: un poco de tiempo y de dedicación.

Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra

Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. "Todos los hombres del universo debemos caminar entrecruzados hacia la felicidad". Me gusta mucho esta idea y me apunto.

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  2. Pepi, va a seguir hoy con la coescucha, y está deseando que llegue el día que sea voluntaria, para que su interior le diga entre otras cosas: "este es en tú vida uno de los caminos hacía la felicidad".

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  3. Solidaridad palabra de primera,
    actitud de hombres grandes,
    medio de realización,
    camino de perfección,
    sendero de compañía,
    guía hacia el otro,
    Solidadridad, todos nacemos con ella,
    no la podemos ahogar,
    porque todos somos menesterosos,
    y necesitamos a los demás,
    desde el reconocimeinto de la valía personal,
    que se completa cuando integramos a los otros.
    Bonita reflexión de Rocamora. Gracias.
    ERASMO

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  4. Realmente cuando te encuentras con personas que son voluntarias, descubres en ellas algo que te hace sentir a ti bien. Hay un algo en ellas que las hace diferentes.

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