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lunes, 22 de octubre de 2012

¿LA RELIGIÓN O/Y ESPIRITUALIDAD SON POSITIVAS PARA NUESTRA SALUD MENTAL?



Parece una pregunta que la respuesta es obvia: Naturalmente que sí. No obstante, las investigaciones al respecto no son concluyentes y habría que definir, en primer lugar, qué entendemos por religión y por espiritualidad. Lo que es evidente es que nuestra posición ante la vida y ante la trascendencia condicionará nuestra forma de elaborar, sobre todo las crisis existenciales (“me siento vacío”) y las situaciones conflictivas de nuestra vida: la aparición de una enfermedad grave, la muerte de un ser querido o una gran catástrofe social, por poner solamente algunos ejemplos.

La espiritualidad es la manera como cada persona da respuesta a las preguntas sobre la vida, el sentido de la muerte, el significado de los otros, el cómo relacionarse con los demás, entre otras cuestiones. Es decir, la espiritualidad es la forma como cada uno de nosotros se sitúa en el mundo y en relación con la trascendencia. Por esto, podemos afirmar que la espiritualidad es personal e intransferible y está relacionada con los valores por los que discurre nuestra existencia: solidaridad, libertad, responsabilidad, autotrascendencia, etc. Es, pues, la dimensión más noble de la persona.

La religiosidad, por el contrario, es el conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, propuestas por una institución organizada. La aproximación hacia la divinidad se consigue a través de los ritos y acatamientos de unas normas y principios. Podemos distinguir entre religión madura en la que la persona es de mente abierta y manifiesta coherencia entre sus creencias y su forma de vida, pero esto no excluye la tolerancia hacia el otro diferente y la flexibilidad en el discurrir de cada día. Sin embargo, la religión inmadura todo el énfasis lo pone en las prácticas religiosas, los rituales y fortalecimiento del grupo social y dejando al Dios todopoderoso la solución de los problemas. Podemos, pues, ser espirituales pero no religiosos.

Entre las razones que los eruditos aportan para defender una relación positiva señalamos las siguientes:

• Esa correlación puede favorecer el desarrollo integral de la persona, facilitando la introspección, el sentido positivo de la vida y proporcionar herramientas para el afrontamiento de los conflictos cotidianos.

• Fortalece las redes sociales y familiares protegiendo al individuo del aislamiento social y proporcionando sentido de pertenencia y autoestima sobre todo en los momentos difíciles.

Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra

Tenemos 6 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Dificilmente una persona puede prescindir de la transcendencia. Antes o después, por propia meditación imbuida quizás por los acontecimientos, habrá de preguntarse por el qué de las grandes cuestiones: por qué stoy aquí, a qué he venido, qué fururo me espera. La reflexión del Piquiatra me ha hecho pensar sobre las religiones: si éstas se reducen a cum-plimientos no dejan de ser prácticas vacías, en cambio si las normas e incluso los dogmas nos sirven para ahondar en nosotros mismos y respetarlas como camino a la felicidad, entonces esas normas y esas creencias llenan de contenido la propia vida, tienen todo els entido y mercen la pena respetarse por bien propio. Todo lo que sea cumplimeinto vacío no es más que pura ficción y ésta no puede durar toda la vida. ERASMO

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  2. Me ha resultado de interés la distinción entre religión y espiritualidad. La religión no es fin en si misma, sino medio. ¿Para qué?. Para la espiritualidad. Si no es así no sirve, porque ha convertido el medio en fin, cosa que muchas cosas ha ocurrido y ocurre.

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  3. Espiritualidad, según las enseñanzas recibidas: "es llegar a la esencia de nuestro ser", y así tendremos un conocimiento más profundo de nosotros mismos, y podremos contestarnos a las preguntas: ¿quién soy yo?, ¿que quiero hacer con mi vida?, ¿a donde quiero llegar? ¿que quiero hacer por los demás? ¿que significado tiene para mí la vida?. Me parece muy positiva para nuestra salud mental.
    La Espiritualidad para mí, no tiene nada que ver con la religiosidad.
    La religiosidad para Pepi, se basa en la fe, para ella no lo considera ni buena ni mala para la salud mental. Por ej. un agnóstico puede tener un gran conocimiento de si mismo, y unos grandes valores que transmite, y como resultado es una gran persona para la sociedad, y sin embargo no es creyente religiosamente hablando.
    Para dar una explicación sobre la religiosidad invito a que realicen el comentario; a Mercedes (directora del Teléfono en León), Hnos Turrado y sus respectivas esposas etc.etc.etc,
    Me considero creyente, pero no asidua practicante, sólo cuando mi interior me lo pide.
    Me gustaria que en León se impartiera el curso de Inteligencia Espiritual.

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  4. Pienso que sí, que tanto la religión como la espiritualidad son beneficiosas para la persona que somos y queremos ser. Eso sí, siempre y cuando no vaya contra nosotros mismos.
    La libertad es sagrada y Dios o ese Otro que nos invade o al que tendemos, la respeta hasta sus últimas consecuencias;es decir, a pesar de que en ocasiones elegimos hacer el mal por ignorancia o porque nos place.
    La espiritualidad es una dimensión que forma parte de nosotros, unas veces desarrolada y otras inconsciente,pero ahí está por descubrir.Nos une a tod@s los que somos sensibles, tenemos cuerpo y alma,y creemos que hay algo más allá de lo perceptible.Tenemos fe en Alguien que nos supera de forma amorosa, sin miedos,o en todo caso, dentro de lo "tremendo" del misterio que supone.
    Las religiones, con apellido o sin él, no son algo contrario a la espiritualidad sino que deben ser el cauce para desarrollarla y que sean auténticas y universales.No tendría que exisitir dualismos.
    Al estar dentro de una cultura y en un ámbito geográfico, uno bien porque lo elige, bien por herencia de la fe de sus padres, debe ser consciente y madurarla para hacerla propia.Debe encontrar el sentido y saber ir más allá en la libertad de los hij@s de Dios, que somos tod@s.El que nos habita es el Amor de lo creado y de sus criaturas y nos capacita para ser libres y llegar a ese amor que desborda y muchas veces no acabamos de creernos.
    Es más fácil para algun@s cumplir normas y no buscar más allá, donde hay un camino sólo para tí...Un verdadera religión y que pretenda ser católica o universal, debe ofrecer el agua viva al que apunta, aunque sea por caño de barro.

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  5. Las religiones son positivas si son de verdad, es decir, si no son hipócritas.

    Para mí es importante distinguir entre religiosidad, fe y espiritualidad. Son conceptos distintos, aunque se complementan.

    1- La religiosidad es la expresión de la fe mediante la iglesia y el culto que la iglesia da a Dios. Es algo exterior como son los sacramentos, los dogmas de la fe cristiana, las misas …

    2- La fe es más honda, más profunda, más rica y es interior.
    La fe cristiana, que es en la que yo creo, es la fe en Jesús de Nazaret.
    ¿Qué supone la fe? El conocimiento del Dios de Jesús. Esto incluye una “opción” personal por mi parte: yo opto por este Dios de Jesús, porque Jesús es el camino para llegar al Padre.
    Una vez que ya conozco a Jesús y a su Dios yo tengo que “implicarme”, a nivel personal, en el conocimiento que supone, y es que me ha resultado un Jesús sencillo, seductor, que encandila, que idiotiza, que atrapa, que es un ladrón de corazones … coherente:
    “YO NO HE VENIDO A SER SERVIDO, SINO A SERVIR”, (la fe sin obras no es fe, es una fe muerta, decía Santiago el Menor) y me engancho a él, porque es coherente lo que dice con lo que hace y por CÓMO LO HACE; su manera de actuar me enamora profundamente, porque yo necesito vivir una vida con ternura, con sensibilidad, con amor, que me ayude a crecer, a ser optimista (“sed capaces de vencer el mal con el bien”), con luz, una vida iluminada.

    No se puede amar si no se conoce antes. Sólo amamos lo que conocemos y lo amamos tanto en cuanto lo conocemos. Siempre hay una proporción directa entre el conocimiento y el amor, sólo que el amor es animado no sólo por el conocimiento, sino también por la belleza, el encanto, la seducción que produce en nosotros el objeto o sujeto amado.

    Y luego, tengo que encarnar en mi vida la obra de Dios, es decir, las obras han de ser buenas en sí mismas, equitativamente buenas, hermosas y ricas en trascendencia y en transformación de la vida humana. Tiene que haber un equilibrio de valores esenciales y universales entre fe, formación y acción.
    Intento desarrollar la fe en mi vida, a través de mis acciones, tratando de no hacer nada que disguste a Dios. Tiene que haber vivencia, experiencia mía y equilibrio. Tengo que anunciar a Dios con mis obras y tengo que denunciar también a quien manipula y traiciona su mensaje, a los que están desapegados de sus principios de pobreza y servicio a los pobres y necesitados, a los se olvidan de su propia iglesia.
    “NO HAY MÁS QUE UN ÚNICO EVANGELIO” decía San Pablo, y en la carta a los Filipenses asegura: “Todos buscan sus propios intereses, no los de Jesucristo”.
    Bellísimo relato es aquél en el que dos apóstoles le preguntan a Jesús:
    -Maestro, ¿dónde vives? y él contesta:
    -Venid y veréis dónde vivo; las zorras y los animales del monte tienen sus nidos y sus guaridas, pero EL HIJO DE DIOS NO TIENE DÓNDE RECLINAR SU CABEZA.

    3- Y finalmente la espiritualidad, que es la vivencia interior de mi persona con Dios, que va más allá de las normas externas de la religión.
    La espiritualidad es la unión de la fe y la vida en una conjunción y sintonía perfecta, es llenar todos los actos de mi vida en mi fe.
    La espiritualidad es no hacer nada solo/a, sino hacerlo con Dios; Dios será quien me mueva, quien me guíe, quien me motive, quien me anime, pero el discurso lo doy yo, y yo por él escribo y por él aguanto los aplausos y los abucheos que me puedan llegar.
    También ocurre que hay personas espirituales que no practican una religión y es entendible porque el Espíritu no está atado a una religión concreta y puede estar en el mundo entero.

    Hipálage

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  6. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
    EN LA CONDUCCION DIARIA


    Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.

    Ejemplo:

    Ceder el paso a un peatón.

    Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

    Poner un intermitente.


    Cada vez que cedes el paso a un peatón

    o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


    Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


    Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


    Atentamente:
    Joaquin Gorreta 55 años

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