Andamos festivos en León. En estos primeros días de octubre celebramos una de las fiestas más tradicionales, coloristas y significativas de nuestra Historia: San Froilán (obispo que fue de León allá por el siglo X) y La Virgen del Camino, patrona de la ciudad.
Las calles se engalanan de banderas y flores, las gentes pasean su traje regional, desfilan los pendones y se recuperan tradiciones que nos retrotraen a otra época y a otras realidades.
Uno de los actos más vistosos es el concurso de carros engalanados que, cada año, parece crecer en participación y originalidad. Son carros esmeradamente adornados con flores, frutos y escenas agrícolas. Muy entrañables. Desfilan por la ciudad, llenando las calles de color e historia.
Pues bien, este año a mí me ha dado por pensar en las vacas que tiran de esos carros. Ellas, debidamente ataviadas para la ocasión, son elemento imprescindible del espectáculo. Sin ellas no habría tradición. Sin ellas, que tiran del carro, no habría concurso, ni muestra, ni recuerdos presentes.
Y sin embargo, a pesar de su importante función, pasan desapercibidas. El premio lo gana el carro y lo disfrutan sus ocupantes. Ellas... sólo tiran.
Observándolas traigo a mi memoria el papel que desempeñan aquellas personas que tiran de las cosas (de la familia, de las organizaciones, de la amistad, del quehacer cotidiano). No recibirán reconocimientos ni premios por la labor que otros exigen o simplemente dan por hecho. Pero qué triste sería estar sin ellas y cuánto las íbamos a echar de menos.
Hoy mi recuerdo y mi escrito va para ellas. Mi gratitud también.
La Escribana del Reino
M.E.Valbuena
Cada persona sómos únicos e irrepetibles, pero no imprescindibles.
ResponderEliminarPor ej. cuantas madres han fallecido y han dejado niños pequeños que han salido adelante educandolos; los abuelos, tios etc.
Un buen profesor fallece, y le sustituye otro; etc.etc.
Las personas más sencillas, y para mí, en la vida de gran valia, son aquellas que han hecho pequeños o grandes logros por conseguir algo por y para los demás, y se quedan en un segundo plano. Y los que recibamos de esos beneficios debemos ser agradecidos.
Pepi a través de este blog da su agradecimiento a todas las personas que organizaron el III Concierto de Voces de Esperanza porque hicieron que pasara una tarde: con sorpresas, risas, contenta, alegre, feliz, reforzando lazos de amistad y en algún momento hasta el corazón en un puño ja,ja,ja,.........
Y como muy bien nos dijo un amigo del teléfono al despedirse: "Que satisfación más agradable, el poder ir a la cama con una sonrisa, por lo vivido."
"El premio lo gana el carro y los disfrutan sus ocupantes. Ellas... sólo tiran".
ResponderEliminarDa que pensar esta frase.
Las vacas...pues si que son entrañables estos animales.Qué mirada!que forma de andar!,cómo lo rumian todo!Y nos aportan su fuerza, su leche, su carne, su trabajo, amigas del ser humano.Hasta hay vacas sagradas por cuestión de religión.
ResponderEliminar¿Hay algún pueblo donde no haya vacas?¿qué sería el mundo sin ellas?
Un aplauso a las personas que trabajan silenciosamente, que hacen lo que tienen que hacer y que pasan desapercibidas; sin darse mucha importancia pero que si faltan,nuestro mundo sería distinto.Tienen su propio color, y granito a granito, se hace el granero.
En todo cuadro hay varias elementos. Lo que más llama la atención y aquellas otras figuras que hacen del mismo algo bonito y completo. Todos son necesarios, sin todos ellos el cuadro perdería su armonía. En la vida, pasamos por distintos papeles. Es importante que sepamos asumirlos. No siempre tenemos que ser los protagonistas. Sería consadísimo. Por eso, muchas veces es bonito ir de vaca, para hacer las cosas de forma anónima. Sin que se note, porque todo funciona. Aceptarlo y no caer en las ganas de ser protagnistas, seguramente es una enseñanza que habrá que aprender continuamente. ERASMO
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