El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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miércoles, 31 de octubre de 2012

QUIERO CONOCERME ¿O BUHO O JILGUERO?





Se lo escuché por primera vez a mi profesora de filosofía. Desde entonces por todos los costados he oído el oráculo del templo de Delfos como una de las máximas de cualquier sabiduría que se precie: “Conócete a ti mismo”. Si quieres ser grande. Si quieres vivir conscientemente. Si quieres seguir madurando. Si no tienes más límites que los que la naturaleza te ha dado. Conócete. Mira a ver de qué mimbres está hecho este cesto. Escudriña los cimientos que mantienen en pie esta casa. No seas idiota o juegues a ser necio: mírate, escúchate y compréndete.

Los que han ahondado en esto del conocimiento humano nos han ofrecido a lo largo de los siglos muchas claves para desentrañar nuestros propios secretos, para escudriñar los propios y extraños misterios. De todas las estrategias de conocimiento la más completa, amplia y profunda tal vez sea la que aporta el eneagrama.

Una clasificación sencilla, como para abrir boca, es la que divide a las personas entre búhos o lechuzas y alondras o jilgueros. Este redactor se lo escuchó al profesor Carbonell por primera vez. No sé él de quién es deudor.

A los búhos o lechuzas les gusta la noche, viven la noche; en las horas nocturnas despliegan sus mejores potencialidades y son lúcidos, atrevidos y despiertos. No soportan madrugar o que les hablen al levantarse. Dejan que el despertador suene varias veces y varios tiempos. Necesitan horas para despejarse y entrar en la cotidianeidad del día a día. Comienzan la jornada espesos y hasta media mañana no se desperezan. Al caer la tarde les entra la vidilla, las ganas de moverse, de salir, de comunicarse, de emprender sus mejores proyectos. Les encanta ir de cenas, de fiestas, bailar y saborear la noche.

Las alondras o jilgueros amanecen con los priemros rayos de luz del día y a las 9 de la mañana están en su esplendor, pero con la puesta de sol necesitan retirarse, buscan descanso y tranquilidad. En la noche duermen, reposan, se silencian. Prefieren las comidas a las cenas. Las mañanas se hicieron para ellos y en ellos reverdecen sus mejores ideas.

Vamos a dejar un par de preguntas para nuestros amigos/as internautas: ¿Qué pasa si se unen un jilguero y una lechuza?. ¿Qué puentes de encuentro podemos tender para que los búhos y las alondras se amen y se comprendan?
 
VTM

Tenemos 4 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Sin duda soy un jilguero. Bonita comparación la que hoy nos ofrece el blog.

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  2. Da igual que sean alondras, buhos, jilgueros, lechuzas, que personas del sexo masculino o femenino, españoles o extranjeros. Si no nos conocemos no hay nada que hacer, nunca encontraremos el verdadero camino, ni sabremos quienes somos, qué queremos hacer de nuestra vida, para qué estamos aquí, cuales son nuestras prioridades, etc.etc.etc.,
    Sim embargo; si nos conocemos, aceptamos como somos, sabremos qué queremos de nuestras vudas etc.etc. podremos relacionarmos con equilibrio, y conocer a los demás porque nos conocemos a nosotros.
    Eate es la explicación al texto de V.T.M. de Pepi.

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  3. Dos caarcteres bien definidos, pero también complementarios. Para ello el buho se acercará al jilguero y viceversa. Algún día toxará noche y algún día mañana. Eso si hay que ir juntos. Porque la vida es también ceder para caminar juntos. De no ser así los caminos de estos dos serán inevitablemente separdos. ERASMO

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  4. Uf!,pienso que si se unen en algún momento, a tope, tendrá que ser al mediodía y ahí vivir su ser de pareja, porque como estén muy definidos, cada uno tenderá a su momento vital.Para acoplarse y ser plenos, sólo queda buscar el momento de los dos.

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