El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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viernes, 30 de enero de 2015

19ª.- Las vivencias del suicidio

Las verdades que no tengo
La redacción del blog
Este blog de la mano del escritor, pensador y vividor Raúl Rodríguez semanalmente tiene una entrada  bajo el paraguas “Las verdades que no tengo” incluidas en uno de sus libros, que al final de este periplo desvelaremos para todos nuestros internautas; no pretendo –dice el autor– inculcar verdades, que por otro lado no las tengo, más bien me gustaría que cada cual aprenda a descubrir las suyas.
La redacción de este blog se ha permitido espigar dentro de las vivencias de Rául  y hoy nos situamos en sus vivencias sobre el suicidio.

– Rául, desde el suicidio de mi hermano reflexiono mucho, busco mucho, intento encontrar alguna respuesta.
– El suicidio siempre está presente en nuestras vidas. ¿Quién no ha pensado alguna vez o muchas veces en arrojar la toalla?. O conocemos a alguien que se haya suicidado o a nosotros mismos alguna vez se nos ha pasado por la cabeza. Creo que todos hemos barajado esa posibilidad, creo que hay que saber reconocerlo.
– Eso te obliga a parar.
– No tenemos derecho a juzgar ninguna vida, tampoco ninguna muerte y menos la de un suicida. En la muerte de alguien que se suicida desconocemos cual fue su último pensamiento, su último sentimiento. Podemos pensar que murió desesperado, pero igual esa persona ha muerto llena de amor hacia todos y hacia todo.
– Eso nos obliga a meditar sobre la muerte.
– Claro. La muerte no se encuentra solo al final del camino, morimos cada día, cada hora, a cada segundo, de la misma manera el suicidio no es un acontecimiento que está al final; suicidios parciales hay a diario. La vida está llena de gente que se quiere matar, nosotros lo hemos hecho muchas veces y puede que lo estemos haciendo sin darnos cuenta.
– Hay muchas maneras de suicidarse: los bares, las carreteras..
– El mismo deporte. ¡Anda que llamar deporte a la fórmula uno y al motociclismo..!
– Raúl, ¿cuál es el tema clave del suicidio?
– A mi entender es escapar para no afrontar unos hechos. Siempre que escapamos para no afrontar lo que nos toca es también una forma de suicidio.
– ¿De qué queremos huir?
– Casi siempre huimos de nosotros mismos.

Tenemos 13 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Dando en unas cuantas dianas a la vez.
    Buena puntería. GRACIAS.

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  2. Cada cierto tiempo, cada pocos meses, tengo conocimiento de un suicidio de alguien cercano o conocido y cada vez que ocurre me paro a pensar sobre el suicidio, esa expresión máxima de libertad que yo digo, porque no decidimos nacer, pero tenemos esa libertad de decidir si queremos morir en cualquier momento. De todas formas, prefiero que alguien se quite la vida a que decida coger una escopeta o una bomba y matar a otras personas por cualquier motivo, siempre absurdo. Cuando oigo eso de "Fulano de tal mató a su mujer y luego se suicidó", siempre pienso que si se hubiera suicidado antes hubiera evitado la muerte inútil de su pareja.
    El problema del suicida es la sensación de impotencia que le queda a los cercanos de no haber podido hacer nada, de no detectarlo y poder persuadir de que no lo hiciera. Siempre he oído a los que atienden el teléfono de la Esperanza que una de las mayores satisfacciones de esos voluntarios es haber logrado disuadir de su empeño a esas personas que llaman desesperadas con intenciones de quitarse la vida. Juan.

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    1. Hola Juan

      Ese ‘rosario’ de suicidios que nos cuentas no es más que un ‘recordatorio’ de que hay muchas formas de salir del escenario. Me explico. En esta ‘actuación’ sobre el escenario de la vida, ‘el actor’ toma diferentes caminos cuando ve que ‘su papel’ ya ha concluido. Unos toman un camino llamado ‘enfermedad’, otros el camino llamado ‘accidente de tráfico’, y otros sencillamente el suicidio. El suicidio es otra forma más de abandonar el escenario, sólo que a menudo le damos ‘demasiado contenido moral’. Si a un suicidio no le das contenido moral alguno, acaba siendo una muerte con el mismo grado de dignidad que una muerte cualquiera. Estoy seguro de que cuando se trasciende, cuando se accede a esa otra dimensión o dimensiones a las que tenemos acceso después de la muerte física, el suicidio es visto como una muerte más, de hecho existen infinidad de testimonios de personas fallecidas que así lo han hecho saber a sus familiares.

      Aunque pueda parecer un poco arriesgado lo que ahora voy a decir, en muchos casos el suicidio es un acto de amor.

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    2. Es verdad que suele quedar una sensación de impotencia entre los familiares amigos y conocidos de una persona que se suicida; sin embargo, si se analiza a fondo ese más que evidente ‘complejo de culpa’, se verá que nosotros nunca podemos evitar que suceda lo que tiene que suceder. O dicho de otra manera: siempre va a suceder lo que tiene que suceder, hagamos lo que hagamos y digamos lo que digamos. Podremos evitar un suicidio, pero no podremos evitar mil eventualidades posteriores que le pueden acontecer a esa persona. Y esto enlaza directamente con la labor del Teléfono de la Esperanza. Evitar que alguien se suicide es siempre un logro, lógicamente desde el punto de vista humano así ha de ser, sin embargo hoy quiero ir hoy un poco más allá. Más que evitar el suicidio, el que está al otro lado del teléfono ‘ayudando’ a esa persona ‘desesperada’, ha de intentar que esa persona contacte con su ser interno. Ayudarle a contactar con su ser interno es ayudarle a ver de qué está hecho. ¿Y cómo está hecho? ¿Cómo estamos hechos? Realmente es algo muy sencillo: somos almas inmortales ‘metidos’ en unos cuerpos de naturaleza mortal. Que entienda esa persona que haga lo que haga no morirá nunca. Dios nos ama siempre seamos lo que seamos y hagamos lo que hagamos. Esto no quiere decir eludir las responsabilidades de la vida y volvernos todos unos suicidas en potencia, pero que sepamos que siempre somos hijos de Dios. Dios ha decidido amarnos hagamos lo que hagamos. Dios no introduce contenido moral a lo que hacemos, es nuestra mente la que introduce ese contenido moral.

      Siempre que viváis un suicidio de cerca, tratad con mucho tiento y con mucho mimo todas las circunstancias externas e internas de esa persona que ha decidido suicidarse. Ved con amor el suicidio y no solamente con el juicio moral al que somos tan propensos.

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  3. "¿Quién no ha pensado alguna vez o muchas veces en arrojar la toalla?. O conocemos a alguien que se haya suicidado o a nosotros mismos alguna vez se nos ha pasado por la cabeza. Creo que todos hemos barajado esa posibilidad, creo que hay que saber ". ASI ES, SIN TAPUJOS.

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  4. El suicidio es un fracaso, es no poder o querer seguir vivo, es arrebatar a la vida su curso natural. Lo podemos endulzar, hablar de suicidios parciales cuando no acometemos algo o nos echamos para atrás. Eso no es suicidio, eso puede ser cobardía o miedo, pero nos ayuda a darnos cuenta de que hay que echarle más valor. El suicidio no tiene vuelta atrás: es un fracaso. ¿No te parece? Otetipe

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    1. Hola Otetipe,

      Puedes pensar si quieres que el suicidio es un fracaso, pero ese pensamiento solamente tiene lugar si ves la vida en términos de éxito o de fracaso. Yo no veo así la vida. Ver la vida en términos de éxito o de fracaso es una herencia de la alta competitividad con la que vivimos nuestra vida de cada día.

      El suicidio parece un acto cobarde sin embargo para suicidarse hace falta una gran valentía. Posiblemente el suicidio sea uno de los actos de la vida para el que hace falta una mayor valentía.

      Con todo esto que estoy diciendo parecería que mis palabras inducen al suicidio. ¡¡No por favor!! No penséis eso. Si algún sentido tienen mis palabras, es que analicemos a fondo lo que supone el suicidio en nuestra vida, y es que muchas veces el suicidio no es lo que parece.

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  5. Bonita foto la de hoy.

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  6. Siempre he tenido la sensación de que de alguna manera el suicida se adelanta a lo que está por venir. Mejor no adelantarse.

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  7. Para mí la persona que se suicida es que ha entrado en un estado psicótico. Ha perdido totalmente el contacto con la realidad.
    La foto es maravillosa, parece que implora algo.....
    Rául dices que muchas veces para ti el suicidio: "ES UN ACTO DE AMOR". ¿Que quieres decir con esta frase?, porque francamente me ha sorprendido. De ante mano Pepi te da las gracias por tu explicación.

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    1. Conocí por lo menos a dos personas que se suicidaron por amor, así lo dejaron escrito y así nos lo manifestaron a las personas de su entorno. Realizaron su 'despedida' física de este plano como un acto de extrema generosidad. No voy a dar detalles ahora porque esta página es un lugar de acceso público y no quiero desvelar aspectos que pertenecen al ámbito privado de dos familias. Y alguien podrá decir: "Pues si tan llenos de amor estaban, no sé porqué se suicidaron". Eso forma también parte de la intimidad de esas dos personas. Por lo que yo sé y hasta donde llego a comprender, puedo decir que sí, que era el amor el motor que les llevó a tomar esa decisión, con todo lo paradójico que pueda parecer.

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  8. Raúl, ¿por qué tenemos tanto miedo al suicidio?

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  9. Tenemos miedo a que alguien se suicide porque esa muerte 'tan atípica' nos cuestiona. Todo suicidio convulsiona hasta la raíz a todo el círculo de familiares, amigos y conocidos. Y es que la muerte de alguien que se suicida tiene que ver con los que se quedan, nunca con el que se va. Nunca al que se va le afecta su propia muerte, afecta a los que se quedan.

    Tenemos también miedo de nuestro propio suicidio, y tenemos tanto miedo porque tenemos miedo a la muerte. Y tenemos miedo a la muerte porque no comprendemos la propia muerte. La mayoría de las personas piensan que al morir desaparecerán del todo, pensar eso les produce terror, y si vives con terror en realidad no vives.

    Entonces, ¿cómo es preciso vivir? Es preciso vivir con Conciencia plena. Si te vives como Hijo de Dios, si comprendes tu esencia divina, en ese momento habrían de desaparecer todos los miedos, igual no pueden desaparecer de golpe, pero los miedos más grandes, esos que nos atenazan, habrían de desaparecer para dejar paso a la paz, la paz del corazón.

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