La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Averigua
Una vez me dijo una compañera que parecía que yo tuviese ojos en la nuca, porque siempre veía lo que pasaba por detrás de las cosas. Me hizo gracia la expresión, sobre todo porque no se trata de tener ojos en la nuca, sino en el alma, en nuestro lado emocional, en lo aparentemente invisible.
Nos educan para que veamos con objetividad situaciones y acontecimientos que no lo son, para que apliquemos asepsia donde no existe, para que ninguneemos lo fundamental en pro de una paz social o una ausencia de conflicto, para callar y tirar.
Pero resulta que no somos corderos obedientes y mansos. Somos personas con capacidad crítica, con autonomía de decisión y con libertad interior para creer o no en lo que nos presentan.
Otra cosa es que lo utilicemos o nos dejemos arrastrar sin más.
Al igual que nos revisamos periódicamente la vista, los dientes, los huesos, el colesterol y demás parámetros del estado físico, deberíamos revisar también periódicamente el estado emocional. Asegurarnos de estar suficientemente sanos y de que TODO nuestro yo funciona correctamente.
De nada nos vale tener un chasis perfecto, o al menos aceptable, si el interior está vacío o ruinoso, si no sabemos ver más allá de lo aparente, ni sacar otras conclusiones que las que nos sean dadas.
No necesitamos ni ojos en la nuca ni más órganos físicos. Nuestro cuerpo es un engranaje preciso y exacto. Necesitamos desarrollo y crecimiento emocional. Y mientras no nos convenzamos de ello mal vamos.
Seria algo asi como desarrollar nuestro mundo interior?
ResponderEliminarVoy al gimnasio tres veces por semana. Siempre está lleno. Hoy en día nos cuidamos físicamente más que antes, pero no sé si eso se corresponde con estar bien a todos los niveles. Tengo gente a mi alrededor que no está bien y va al gimnasio también. Están tristes o amargados o decepcionados con la vida. Supongo que será a esto a lo que te refieres en el comentario de hoy.
ResponderEliminarPor tu exposición, para Pepi, es que sabes escuchar perfectamente a las personas; por un lado por lo que ellas te dicen, y por otro lo que tu percibes aunque no te lo digan. ¡Aplausos, infinitos aplausos!.
ResponderEliminarGracias Pepi! Siempre tan amable
ResponderEliminarLa escribana
También nos indicas que tenemos que interiorizar, escuchar nuestro cuerpo, hacer relajaciones, meditaciones etc.etc.y si algo no va bien, preguntarnos qué es lo que nos pasa y no pasarlo por alto, porque al final "todo pasa factura" y viene el desequilibrio emocional: con sus tristezas, angustias, pérdida de autoestima......y no "echemos la culpa al vecino", porque los únicos responsables de nuestros actos somos cada uno de nosotros. Pepi os desea una feliz semana.
ResponderEliminar