Oigo tu voz en la noche.
Sí, en la noche oigo tu voz,
como un relámpago de amor
o una cascada de luz incierta.
¿Es tu voz, verdad, la que oigo en la noche
o es tan sólo un destello de ansiedad?
No sé a quien preguntárselo
que no me susurre con desprecio
o no me hiera con su silencio.
Te lo pregunto a ti,
que en la noche oyes mi voz,
porqué ¿es mi voz la que tú oyes en la noche
o es tan sólo un espejo de tu necesidad?
Todo va y viene,
en un circulo lapislázuli de complicidad,
en una noria infinita de querer,
aquella en la que nos sentamos a mirar la eternidad.
No sé si eres tú quien se acerca
o soy yo el que te atrae.
¡Qué más da!.
Lo que importa es que estamos los dos en los dos.
V.T.M.
¡CHICOS/AS!. Hemos pasado una Nochebuena; alegre, compartiéndola con quien hemos querido o podido; cantado, tocando la pandereta, jugando a las cartas etc. etc., ha sido una noche de compartir.
ResponderEliminarEl de Navidad que también nos sea maravilloso, pero busquemos un ratito, para comunicarnos con nuestro interior.
Pepi os envía efusivos y cariñosos abrazos, para felicitaros por el día de Navidad.
¿De quién parte la necesidad profunda sino es porque se siente no-completo y lo ve como algo positivo?,y cuándo a uno se le plantean interrogantes profundos, no es porque ha tocado el cielo o el infierno pero no como estado permanente sino como un vaiven de la misma vida,y aún con todo ello, es capaz de ver la fusión de un encuentro que trasciende a un yo y a un tú, y tan sólo lo racionalmente imaginable?
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